miércoles, 14 de agosto de 2024

IndyCar vs. Fórmula 1 [Four]


Bueno, vamos a ir terminando viaje, no sin antes recordar que en Estados Unidos y países de Latinoamérica fuertemente influenciados por la cultura deportiva yankee —disculpadme que lo esboce así—, el concepto de deporte automovilístico dista bastante del que gastamos en Europa, y no es que lo diga yo, pues ya nos lo advertía Maese en 2011: «Allí conciben las carreras de una manera y aquí de otra, lo de aquí nunca funcionará allí y lo de allí tampoco aquí...» [#VKt-02 (Carlos Castellá)]

Castellá conocía ambos territorios como la palma de su mano, así que, sin caer en lugares comunes ni mucho menos buscar que alguien se ofenda, conviene aceptar que IndyCar y Fórmula 1 suponen dos formas de abordar las carreras de monoplazas que responden a dos gustos por la competición muy concretos, que no son excluyentes y pueden convivir perfectamente.

Hay claves, obviamente, y hemos intentado discernirlas juntos. Atendiendo a la función, por ejemplo, el vehículo IndyCar responde a la perfección al modelo de espectáculo que propone la NTT IndyCar Series, donde se necesita un coche rápido sin demasiadas complejidades que sea efectivo en situaciones de lucha cerrada, que cuenta con spotters en los óvalos para leer correctamente las evoluciones del tráfico. 

Las tanganas, los accidentes, las neutralizaciones, las banderas rojas, plantean un escenario en el que vehículo y conductor deben sobrevivir a los avatares de la carrera, algo muy apreciado por el público. Así las cosas, los fórmula IndyCar son más robustos que los F1 prácticamente a igualdad de dimensiones y peso, y puesto que el factor aleatorio está presente en la mayoría de pruebas, ya que un caution puede aniquilar la mejor de las estrategias, las alineaciones de pilotos son más homogéneas en cuanto a calidad y los muros responden con un mayor grado de intuición que en nuestra disciplina, alicientes que también son del agrado del aficionado estadounidense, mexicano, etcétera...

En Fórmula 1 la historia va por otro carrejo. La excelencia técnica tiene sus gabelas y los monoplazas son más potentes y rápidos pero también más delicados, se rompen más fácilmente y una brizna de hierba adherida al piso puede arruinar el comportamiento aerodinámico del fondo curvado con una facilidad pasmosa. Los accidentes son raros y molesta la presencia del Safety Car porque interrumpe la carrera y no forma parte de ella como sucede con el Pace Car en IndyCar...

No me extiendo. Me gustan las dos modalidades aunque ofrecería gratis muchos consejos para mejorar la Fórmula 1, pero sin necesidad de mirar a la IndyCar. Ambos planteamientos sirven a las mil maravillas a sus respectivas causas, pero, como espero haber ayudado a aclarar, no son lo suficientemente parecidos como para permitirnos tomar soluciones de aquí o allá.

Os leo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola José, como siempre, un gusto leerte.
Habiendo disfrutado de esta estupenda saga, me queda un pensamiento dando vueltas y lo quiero compartir: tengo la sensación de que la Fórmula 1 nació en Europa, y como bien dices, al gusto europeo, pero su presencia "mundial" hizo que se extienda al resto del mundo. Quizás Liberty esté interpretando correctamente -muy a mi pesar- este fenómeno y en su intento globalizador abiertamente dirigido a captar nuevo público entre la juventud, intente darle otro "gustito" a las carreras, alejándose de ese paladar tradicional que, en lo personal, disfruté tantos años. Y quizás esa sea la mayor diferencia entre ambas categorías: la Indy no renuncia a su público local, no intenta captar nuevas audiencias alterando su esencia. Me enganché hace un tiempo con la Indy, y ahora sigo las dos disciplinas sin conflictos, pero ciertamente considero que la F1 necesita mejorar en varios aspectos.
Saludos desde el Coño Sur

pocascanas dijo...

Me parece que mi anterior comentario salió como anónimo, no era la idea.
Saludos nuevamente desde el Coño Sur

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenos días, viejo amigo ;)

A mi modo de ver, y puesto que me lees asiduamente lo conoces de sobra, Liberty se está escudando en la Fórmula 1 tradicional, con todos sus iconos, para convertir la actividad en una mierda pinchada en un palo.

Es legítimo que busque rentabilizar su inversión, pero no que miremos en la actualidad a la F1 y no la reconozcamos por previsible, por la excesiva impronta de las marcas, porque ya no consiste en ir a todo trapo buscando ser el rey o los reyes de la velocidad tanto como monoplazas como pilotos. Como versión rápida de un WEC no cumple el cometido, como espectáculo tampoco.

La mejor frase al respecto la dijo Bernie, y hace algunos años: La F1 era un Restaurante 5 estrellas y Liberty la ha convertido en una hamburguesería de comida rápida.

Y sí, la Fórmula 1 necesita una reformulación urgente porque, en caso contrario, seremos muchos los que acabemos dándole la espalda y los chiquillos no tienen la santa paciencia que tenemos nosotros, es decir: se irán también. Los números de las plataformas de retransmisión ya crujen porque los precios son altos para el producto que ofrecen, y, como decía aquel, esto no ha hecho sino empezar :P

Abrazote largo ;)