viernes, 9 de agosto de 2024

Me negarás tres veces


Hay una etapa en la vida en que todo es recuerdo y no quiero, no, no quiero, básicamente porque la memoria de los Isusi siempre ha sido una trampa para osos, de aquellas que montaban nuestros ancestros para enfrentarse luego a la bestia malherida, armados con un palo bien afilado y todo el arrojo que lleva dentro quien sabe que, si no se expone a morir de un zarpazo, ni cena caliente ni vive para ver las luces del día siguiente.

J-Car me descubrió las finas palabras de Manoel de Oliveira: «Lo único real es la memoria, pero la memoria es una invención...», y sí, he tenido que irme hasta las profundidades del blog para comprobar que, cuando Nürbu advertía que Liberty la había tomado con Mónaco y el empecinamiento suponía un error, los sabios de turno afirmaban que las desavenencias sólo eran una cuestión de dinero...

Ha pasado el tiempo, para todos, y hoy hasta algunos british pata negra cuestionan la estúpida inquina de la norteamericana con una de las columnas vertebrales de nuestra actividad. 

No era sólo dinero, pero bueno, gracias al Altísimo lo del Principado no es la única gilipollez en la que está metida Liberty Media, pues ahí andan el fracaso de la última Normativa y lo de negarle el paso a Andretti, aunque sí sea sintomático de la arrogancia que se gasta la propietaria de los derechos de explotación de la Fórmula 1 con su deporte, que también es el nuestro.

A tan sólo un puñado de años de celebrar el centenario de la prueba con más glamour del calendario, me parece una broma de mal gusto que Liberty continúe pensando que Miami o Las Vegas pueden hacernos olvidar las sensaciones que producían el tránsito por Beau Rivage buscando Massenet, Portier o el negociado de la salida del túnel, o Rascasse mismo, antes de que se decidiera que Mónaco merecía una miserable esquela por los servicios prestados.

La memoria es una invención, no voy a discutirlo, pero sustentada en filamentos de una realidad que, por mucho que la neguemos, va a seguir estando ahí, recordándonos lo necios que somos.

Os leo.

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