lunes, 26 de agosto de 2024

La fe


Me ha hecho cierta gracia leer la palabra fe en la reflexión en abierto que ha hecho —sobre la situación actual de Fernando— uno de los habituales de las reflexiones en abierto en redes sociales. 

Yo reflexiono para adentro, entendámonos. Aquí, en Nürbu, ya hice el tonto suficiente tiempo y desde hace algunos años a esta parte juego a que reflexiono para afuera sobre cualquier tontería para que vosotros me hagáis el trabajo sucio y, luego, después de leeros o escucharos, poder reflexionar para adentro con mayor tranquilidad, porque lo que me gusta de verdad es dar vueltas a las cosas sin estar presionado por las prisas de acertar el primero o proporcionar claves para entender el mundo, total, la vida, mi vida, no va de eso, al menos en la actualidad.

Hace mucho que no tomo café con Ernesto aunque lo arreglaremos pronto, pero él, Miguel, Jero, Álex y Gus, fundamentalmente, y alguno más que se sabe lo de que reflexiono para adentro, disfrutan una barbaridad cuando les desvelo algún secreto de los míos o les rompo los esquemas introduciendo en su ecuación una variable en la que no habían pensado o no habían contemplado, ni ellos ni la Autosport o la MotorSport, ya que estamos, y, sinceramente, ese placer infantil que siento cuando percibo que acabo de plantearles una duda bien argumentada que desbarata su seguridad, es algo a lo que no quiero renunciar.

Los cuatro me enseñan lo que no está escrito, vosotros también, incluso los que reflexionan en abierto lo hacen. De todo y de todos se aprende, para qué vamos a engañarnos, eso sí, si estás despierto a cualquier eventualidad y te puedes situar a la altura adecuada para evitar perderte en los detalles y percibir la realidad en su conjunto.

Os hablé en su día de el ruso, el bueno de Manuel Balsa, junto a Alfonso Ramil la personalidad que más me influyó antes de entrar en la Universidad. Ambos insistían en que el dibujo era como la vida y que si no tratabas de entender la vida difícilmente ibas a dibujar bien...

Y bien, a lo que vamos, hablar sólo de fe con Alonso es hacerse trampas al solitario. 

Él no necesita nuestra fe porque le basta y le sobra con la que tiene en sí mismo. Cuando volvió a la F1 en 2021 recuerdo que lo apunté: todo lo que venga por delante debemos considerarlo un regalo, y en ello estamos. Dicho esto, la temporada 2024 no está saliendo como esperábamos, pero se debe a que hay demasiada gente que vive del cuento con el asturiano, eleva las expectativas para ganar clics o lecturas, y si fallan hace mutis por el foro, suelta aquello de si te he visto no me acuerdo, se limita a borrar tuits o nos recomienda a los demás que continuemos manteniendo viva la fe.

Obviamente yo mantengo una fe tremenda en el Nano que no contradice para nada lo que llevo escrito en esta entrada. Creo en su fe y en él como ser humano y como profesional, independientemente de sus resultados en pista, y con eso me basta.

Os leo.

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