domingo, 25 de agosto de 2024

La Targa Florio... [G. Álvarez García]


La Targa Florio. Gattopardi, Piloti gentiluomini, es un precioso homenaje a la creación de Vincenzo Florio, que, como señalábamos en la anterior contribución a este dilatado viaje —[Los comienzos del automóvil en España (Varios)]— que iniciamos el 13 de agosto de 2015 refiriendo el libro de María de Villota [La vida es un regalo], también encaja en lo que podemos considerar un volumen de lujo por su cuidada factura, por la calidad de los materiales con que ha sido confeccionado y, obviamente, por el delicado tratamiento que hace Gonzalo Álvarez García de la carrera por ruta más peligrosa, emblemática y famosa del mundo.

Publicado en 1986 por Edizioni Novecento (Palermo, Italia), la obra cuenta con un total de 375 páginas, la mayoría orladas, que se abren con un prólogo de Juan Manuel Fangio.

Destaca el notable apartado gráfico sobre los abundantes textos que relatan desde el germen de la familia Florio y el amor por los coches y la mecánica del joven Vincenzo; pasando, lógicamente, por la Copa Florio de 1900, el inicio de la aventura propiamente dicha en 1906 con la celebración de la primera Targa Florio, sus trazados característicos, el impacto que tuvo el final de la Mille Miglia en 1957, las etapas de dominio de Mercedes-Benz, Ferrari o Porsche, el retorno de Alfa Romeo, o el intento por mantenerla viva entre 1974 y 77 aunque fuera del calendario del Mundial de Resistencia, y sus ecos posteriores, que no han sido pocos.

Decía al comienzo que La Targa Florio. Gattopardi, Piloti gentiluomini es un bonito homenaje a una de las gestas que dan sentido al automovilismo deportivo por su dureza y por ser la más antigua de todas, un ámbito competitivo que es difícil imaginar desde nuestra perspectiva actual pero al que merece la pena seguir acercándose.

A pesar del tiempo transcurrido desde su publicación todavía es posible adquirirlo aunque a precios desorbitados, incluso para los segundas manos menos cuidados. Habría que mirar mucho antes de comprarlo, pero, si tenéis la oportunidad, es un ejercicio que recomiendo porque el premio es de los gordos. 

Os leo.

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