Me enseñaron a ser generoso, y siquiera por los buenos whiskies que produce Reino Unido —escoceses en su totalidad—, me adhiero públicamente al pésame generalizado por la muerte de la Queen del enemigo en la Fórmula 1 y en tantas otras cosas más.
El año que viene el Nano militará en Aston Martin, y porque no digan hoy evacuaré aguas mirando hacia París, que vaya tontorrón subido tiene Macron, y antes de meterme al sobre rezaré una oración o dos por Isabel II como las recé por mi suegra, un poco porque los vizcaínos de bien somos así y otra pizca porque hay batallas que no merecen ni la pena.
En realidad me he venido arriba leyendo a Mick Jagger en redes sociales y el resto da un poco igual —si no soy capaz de sacar el Brad Pitt que llevo dentro me pido a Daniel Craig, que tampoco está nada mal—. No encajaba en mis valores republicanos pero la Fórmula 1 es un deporte nominalmente british y, aunque sea por fingir un luto riguroso, toca sentirse un poco huérfano, y a ver cómo afecta todo esto al GOAT, que esa es otra...
No me hagáis mucho caso. Os leo.
1 comentario:
Brindemos con buen escocés y recordemos como un buen irlandés.
Bah, venga... Con una mil nueve va que chuta.
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