Charlie Whiting tiene que estar descojonándose allá donde esté, porque, en su etapa al frente de eso que dice la FIA que sirve para que las carreras salgán fetén, nadie osaba cuestionar la limpieza de la competición, y quien, al fin y al cabo se atrevía a hacerlo, era tildado inmediatamente de mal aficionado, mal perdedor, conspiranoico y vaya usted a saber qué otros pecados.
Hoy es diferente, desaparecido el virtuoso Charlie, ejercer Dirección de Carrera se ha convertido en un deporte de alto riesgo pues no contenta ni a los más firmes defensores de la ley y el orden, aquellos que prosperaron en redes cazando alonsistas (sic) y se duelen, en la actualidad, de las decisiones que afectan a Leclerc o Hamilton, por citar dos ejemplos reconocibles.
Siempre ha habido elegidos para la gloria que eran santificados por el establishment y parias que se comían todos los marrones, y lo que pasaba cuando vivía Charlie consistía en que sus prevaricaciones y columpiadas afectaban al enemigo, y ahora que no está el británico capitaneando el barco, tocan el corazoncito de los sensibles, y duele, claro que duele.
Os leo.
1 comentario:
No voy a ser yo quien eche de menos a Whiting. Han pasado ya unos años y se nos olvida lo cicatero que era. Pero es cierto que los que han venido detrás se han esforzado por que lo recordemos.
Han echado a Masi, aunque la investigació de la FIA diga que actuó correctamente en Abu Dhabi, y han hecho en Monza lo contrario. Dando así argumentos a los que se quejaron del final de temporada pasada. Y todo por no querer coger al toro por los cuernos y arreglar este cristo de normativa que te permite hacer lo que te de la gana por que siempre vendrá la investigacion posterior a darte la razón.
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