miércoles, 7 de septiembre de 2022

Escrito en arena

Ferrari estrena decoración conmemorativa en Monza (sic), pero su nivel de credibilidad competitiva roza mínimos y lo mejor que se puede decir de tan rocambolesca situación es que no hay de qué quejarse porque el muro de la rossa ha hecho papilla el sueño de los tifosi con sus generosos regalos a Red Bull.

¿Lo peor? Lo peor sería admitir que si viviera Enzo Ferrari los F1-75 se olvidaban de vestir el Giallo Modena porque no hay nada que celebrar, y que alguno se iba a casa para no poder sentarse en una silla en un par de semanas o tres. Cada día entiendo menos qué coño sucede en Maranello para que ni siquiera reaccione a la vecchia maniera ante lo que puede suponer una bomba que le estalle en las manos. Primero dar la talla en pista y en lo posible vencer, más tarde se festeja lo que haga falta; desde luego, cuando hacer el ridículo haya dejado de ser la normalidad de La Scuderia los domingos de carrera.

Os leo.

1 comentario:

Erathor dijo...

Postureo versus We are the champions...

Es que sin Instagram no se puede vivir...🦧🦧🦧