viernes, 25 de diciembre de 2020

¡Qué hostia, coño! [Ferrari]

Aquella no fue una frase bonita, pero «¡Qué hostia, coño!… ¡Qué hostia!» es tan contundente y define tan a la perfección el año 2020 de la rossa que, con permiso de su autora, doña Rita Barberá, a quien Dios tenga en su gloria, la tomamos prestada para encauzar una de esas entradas sencillotas que me salen en cada hilo de visita a los monoplazas.

Y es que sí, todo iba bastante bien en los entrenamientos de Montmeló hasta que Maranello llegó a un acuerdo secreto con la FIA y el universo se fue al garete tomando como rehenes a Haas y Alfa Romeo. Sin motor no hay paraíso, y aprovecho para recordar aquí que el calor que expele el propulsor también es «motor», de forma que da lo mismo lo que escribí en febrero [Desde el sofá (Ferrari)] y retoqué en mayo [F1 Returns (Ferrari)], incluso el jamón que me jugué con mis compañeros del SafetyCast y he perdido, claro, La Scuderia se ha metido una órdiga de campeonato y aquí no caben paliativos.

Eso sí, hay matices y conviene tenerlos en cuenta, porque si Sebastian Vettel hubiera sumado los mismos puntos que Charles Leclerc (98), Ferrari se habría quedado a 6 de amargarle la fiesta a McLaren con su tercer puesto; y si el astro alemán se hubiese tomado en serio su estatus, a lo mejor yo habría retenido mi jamón para defenderlo el año que viene porque lo aposté en septiembre a que quedábamos terceros.

En fin, sigo creyendo en el SF1000, pero por unas cosas o por otras: sexta en la general y quinta por la cola. ¡Qué hostia, coño!… ¡Qué hostia!

Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es q no se puede jugar a la pata coja y con uno menos q en vez de ayudar molesta.


King Crimson