martes, 1 de diciembre de 2020

¡No cambies, Checo!

Vivimos en un mundo tan arisco que ni siquiera nos satisface que Checo Pérez haya cumplido su palabra acercándose a la afición para contar cuatro cosas y explicar, en líneas generales, en qué momento se mueve.

La gente esperaba titulares, anuncios, noticias que reforzasen esos cuentos que se alumbran en redes sociales sin contar con los protagonistas y acaban generando incendios que convierten todo en pasto de las llamas. El de Guadalajara se mostró cauto y avisó con antelación que no iba a proporcionar leña a los pirómanos de fuentes solventes que avalan lo que dicen, y desencantó a muchos, claro, porque fue honesto, como de costumbre, y habló claro de todo aquello que puede hablar porque no perjudica su futuro.

Él es el primero que sabe lo poco que pesa en un entorno plagado de expectativas que levantan los demás con tal de ganar clics o seguidores en redes sociales. Pero estuvo bien oírle, saber que cuenta con algunas puertas abiertas, con el apoyo de sus leales y que, gracias a Dios, todavía está en disposición de poder elegir camino.

Y aquí estamos, esperando que Sakhir devuelva al mexicano lo que le robó Bahrein, Racing Point y Lawrence Stroll mediante.

Os leo.

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