jueves, 10 de diciembre de 2020

Lloviendo sobre mojado

Aprecio mucho a Valtteri pero ello no me nubla la vista. Es quien es y está donde está y eso define muy bien dónde y cómo se mueve. Hace dos años aspiré a que nos pudiese brindar «un Rosberg», pero ni es alemán ni es Nico, y, además, la advertencia para que no mordiera a Hamilton en Alemania o la orden de renuncia a la victoria en Rusia, hablaron a las claras del estrecho margen de maniobra que tiene jugando con las cartas de Brackley.

Más allá de esto que acabo de escribir poco puedo decir que no haya volcado en las numerosas entradas que he dedicado en Nürbu al finlandés de Mercedes AMG [Bottas]. Y bien, George Russell se lo merendó con patatas el domingo pasado, pero es Valtteri, ¡coñe!, no Lewis. 

En una hipotética liza a diez carreras en idénticas condiciones de coche, neumáticos, etcétera, el de Nastola podría ganar al de Stevenage en tres ocasiones, a lo sumo cuatro, pero las restantes se las llevaría el heptacampeón, y alguna de ellas caería de su lado con absoluta comodidad porque el británico es más rápido tomando decisiones, más perro (en el buen sentido de la palabra), más certero al volante y, en líneas generales, mejor conductor y más consistente.

Esta parte la conocemos de sobra pero se prefiere ver en Valtteri un tipo que no puede antes que el prototipo de segundo piloto actual: un individuo supeditado a la comodidad del equipo, que no lucha contra el líder salvo que se lo permitan.

Repito por si no ha quedado claro: considero a Bottas inferior en calidad a Hamilton, lo que sumado a su limitado papel en Brackley convierte en bastante bobo pedir peras a un olmo —yo hace mucho que no las pido, desde luego.

Y llegamos donde quería llegar, porque llevamos días barajando las posibilidades que tendría Russell enfrentándose de tú a tú con Hamilton, y puesto que Toto Wolff enfrió las expectativas dejándonos negro sobre blanco el mismo lunes, que es a él a quien no le interesa: «Es un piloto de Williams, Williams le tendrá en su alineación y la nuestra está formada por Valtteri y Lewis...» [Juntar a Hamilton y Russell sería un poco salvaje], la pregunta que surge inmediatamente es ¿permitirían a George ser un peligro para el titular del dorsal 44?

Tengo meridianamente clara esa respuesta, y también la que responde a por qué seguimos criticando a Bottas como si fuese un sinsangre. Hay cosas que no convienen y riesgos que es mejor sortear, al menos mientras Lewis Hamilton sea titular del equipo.

Os leo.

2 comentarios:

MAMR dijo...

Brillante como siempre, Don José 👏🏻👏🏻👏🏻

Ya no estoy en Twitter así que te leo por aquí
Un abrazo grande, largo y apretao Maese
Besos a Doña Matilde 😘

Anónimo dijo...

Hola José!
Excelente análisis de la situación de Bottas.
Opino exactamente igual, Bottas es el piloto número dos del equipo por contrato y por mandato de Wolff, es el ayudante del heptacampeón del marketing.
Bottas es quien lo dejan ser y no quien quisiera ser él.
Es lo que hay, la F1 hoy es un negocio, no un deporte y hay que verlo como tal, mal que nos pese a los aficionados.
Un abrazo desde Argentina.
P.D. Es mi deseo que sigas muchos años más!!! La F1 sin ti no tiene gracia!