viernes, 4 de diciembre de 2020

Cinco horas con Sebas

En ocasiones, en vez de ver muertos juego a cosas totalmente absurdas, que no sabéis lo que cunden este tipo de ejercicios a la hora de ponerse a escribir o dibujar. Me pregunto, un suponer, qué habría hecho Miguel de Cervantes con una figura como la de Sebastian Vettel, si la hubiese integrado en la trama de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha o acaso en la de Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha, o si consideraría reservarla para otro tipo de obra más liviana, entreviendo en el alemán posibilidades como personaje de una pieza.

Quien menciona a don Miguel tiene que hablar de Homero por no parecer un pardillo que a saber qué ha leído, y si ha leído...

Vettel es más de la Iliada que de la Odisea, espero que coincidamos. Pienso que haría buen papel como confidente del príncipe troyano Paris, un tío con contactos, en posesión de línea directa con Bernie, pero no estoy seguro de que esta idea llegase a ser del gusto del padre de la épica griega. Con James Joyce lo tengo claro. Sebastian no da para un Ulises pero encajaría en la mayoría de relatos que componen Dublineses, aunque yo escogería Araby, el cuento del chiquillo desolado por el tamaño del mercado, por haber llegado a él a deshoras y por no haberlo hecho en compañía de su amada.

Donde también le veo es de la mano de Miguel Delibes. Cinco horas con Mario sería Cinco Horas con Sebas, y en vez de durante un velatorio, el monólogo discurriría en una despedida, con dos sillas en el escenario, únicamente. Bastarían un mono de Ferrari sobre una y Carmen en la otra, lamentando haberle perdido y también haber vivido juntos, reprochándole sus aires, sus anotaciones, sus ideas, sus deslealtades, su altura deportiva y ella tan pequeña. Recordándole que en la noche de bodas se puso a dormir porque se encontraba cansado, o que siempre acababa rápido y ella seguía necesitando un dulce...

Cosas mías. Os leo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Maravilloso...