jueves, 29 de octubre de 2020

Como Santo Tomás

Disculpadme que no me levante, y que no sea capaz de ver otra cosa que a un especulador en el multimillonario canadiense Lawrence Stroll, muy hábil, sin lugar a dudas.

He escrito en Nürbu más sobre él que sobre su hijo, así que imaginaros de qué palo voy, y para qué os voy a ocultar que siempre lo he mirado de reojo, ya desde su desembarco en Williams. Creo que en su día dediqué algunas coplas a su papel en la película [¿Qué busca papá?], su primera entrada, corría el 8 de noviembre de 2016...

Bueno, no os voy a llenar la vida con enlaces ni citas. Hoy sabemos qué buscaba papá y el horizonte está más diáfano. Acertamos con que su objetivo era Toto Wolff y, en realidad, hemos ido dando en la tecla adecuada en cada uno de sus movimientos ya que a los especuladores se les ven las intenciones a la legua, eso sí, cuando dejas de lado las empanadas mentales de que salvan un montón de familias en el camino y tal, pensamiento bastante burgués que solapa el interés primordial: hacer dinero. 

Y sí, a las pruebas me remito en lo referente al motorsport. Adquirió Force India de saldo previa mediación de Checo Pérez, a quien, por cierto, no le ha dado ni las gracias, no al menos con la elegancia que requería el favor. Racing Point no mejoró a Force India, más bien empeoró resultados, y si ha sacado la cabeza en 2020 ha sido porque Stroll se compró un W10 de Mercedes AMG que evolucionará con partes del W11 en 2021. Pero lo importante aquí es que Lawrence y Toto ya son colegas, no nos engañemos. En este sentido, podemos dar una medalla al padre de Lance porque ha logrado el objetivo principal de su incursión en nuesto amado deporte, y, además, en un tiempo prudencialmente corto.

No me enrollo. Aston Martin también era una empresa en apuros y Stroll buscó apoyos para apañársela y tras dar la espantada en el WEC [La espantada] sonó para hacerse un sitio en la parrilla F1, lo concretó y ahora parece que tiene a Daimler AG detrás...

Hay cierto estado de shock instalado en la afición cuando todo consiste en un nuevo movimiento para seguir creciendo y ganando pasta, auténtica clave del asunto; así que, con vuestro permiso, prefiero tomármelo todo con calma santotomasina, consista en un cambio de cromos con Brackley o en una operación publicitaria encaminada a poner Aston Martin en el mapa de la excelencia automovilística, o eso dicen. A cuenta del Brexit hay mucha Libra Esterlina huérfana, y podría ser que Lawrence hubiese olido cuánto puede dar de sí la paternidad responsable sin que por ello se nos tengan que poner los pelos como escarpias pensando en cómo afectaría esta coyuntura a la competición. 

En todo caso, sin por un casual termina afectando, Dios no lo quiera, siempre encontraremos espacio para echar el ratito sobre ello. Hoy no toca porque entraríamos en el campo de la especulación, ya me entendéis.

Os leo.

1 comentario:

Cao Wen Toh dijo...

Cuatro, seis, ocho, o doce años más de campeonato vendido al mejor postor. Vamos, lo que cueste. Vamos, lo de siempre.