viernes, 30 de octubre de 2020

Imola en versión .ZIP

¡Qué poquita cosa somos...! 

El coronavirus nos iba a hacer mejores pero, de momento, lo único que ha conseguido de nosotros es habernos convertido en víctimas más propicias para los que ya venían dándonos dentelladas antes de la pandemia. 

La Fómula 1 no podía quedar ajena a esta vorágine de corte ultra neoliberal y nos ha quitado el viernes de entrenamientos del Gran Premio de Emilia-Romagna porque un kilo de manzanas siempre sabe más sabroso cuando pesa 750 gramos y un servicio, el que sea, siempre resulta más eficiente cuando, costando lo mismo al cliente que entero, le ofrece a cambio tres cuartos o la mitad. Y bien, FOM dice que vamos a experimentar un formato novedoso en el Autódromo Enzo y Dino Ferrari porque las temporadas no le salen rentables por debajo de 25 pruebas —bueno, no lo ha dicho así—, de forma que por no aturrullar a pilotos, mecánicos y equipos en general, ha imaginado que con dos jornadas por carrera todo el mundo tiene suficiente, incluso nosotros, los sacrificados aficionados.

Si la cosa estuviera igualada a lo mejor estaba escribiendo otra entrada aplaudiendo la iniciativa, pero tal y como está en la actualidad, reducir horas de entrenamiento, kilómetros y cosecha de datos, me da que sólo supondrá menos espectáculo, que los desgraciados de la parrilla sean todavía más desgraciados y que se agrandará (aún más) la brecha existente entre los grandes y los parias.

Pienso que igual el camino habría sido tocar el reglamento para facilitar la máxima igualdad y luego ponerse a hacer experimentos, pero, desgraciadamente, nadie me consulta...

Os leo.

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