No suelo confiar en los artistas que no sufren alteraciones de comportamiento o incluso cambios físicos en pleno proceso creativo. A mí, por ejemplo, me ha entrado una pereza tremenda a la hora de acercarme a las redes sociales y una necesidad de dormir cuando tengo sueño, o de comer cuando tengo hambre, o de levantarme de la cama a la hora que sea si me siento descansado. También acuso un irrefrenable impulso de escribir hasta que los ojos me aprietan la nuca. Pero lo más extraño de todo es que lo estoy disfrutando como no me pasaba desde hace tiempo...
Os leo.
1 comentario:
Ese libro, José. Necesitamos leer ese libro!
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