martes, 14 de enero de 2020

¿Arabia Saudí?


Sincerémonos ahora que no nos lee nadie: Bernie Ecclestone estaría dando palmas con las orejas si hubiese tenido oportunidad de participar en el sarao que está acercando Arabia Saudí a la Fórmula 1. 

No ha podido ser por razones obvias: él no cuenta ahora y los pérfidos hijos de las colonias británicas llevan la batuta del negocio y entienden que cumpliendo promesas no van a ninguna parte. Resulta comprensible, se mire como se mire, porque la maniobra es profundamente humana y muy kapitalistik old school, y no, no admite comparaciones ni paralelismos con la etapa de la Bruja de Blancanieves porque, proporcionalmente hablando, Bernie nos llevó a sitios peores, incluso, si estiramos la cosa, nos ha llevado a que la de Malone sea la que decida.

Existe cierta corriente de aficionados que prefiere olvidar que la Fórmula 1 no es un sitio donde encontrar ejemplos de moralidad. Yo era más moñas entonces que en la actualidad y le daba fuerte a las críticas de la población bareiní ante el ejercicio blanqueador de nuestro deporte con un régimen que en pleno siglo XXI continúa pasándose los derechos humanos por el forro de los pantalones y tortura opositores, entre otra mala gente, y se deshace de ellos, pero vino el bueno de Gring y me recomendó que volviera la cabeza y mirara a China, por ejemplo. El país asiático mantiene sus cifras de ejecuciones como secreto de estado. Amnesty International las cuantifica en varios miles al año, con la explotación del tráfico de órganos como telón de fondo, pero también estaba Turquía...

Malasia, Japón, y los USA en muchos de sus estados, mantienen vigente la pena de muerte, en Texas desde luego... ¿Menciono India o Rusia?

No se trata de quién más o quién menos, ni siquiera de si como cooperadores necesarios somos blancos impolutos o acabamos manchados de porquería después de cada Gran Premio. Considero que se trata de que tomemos conciencia de lo que llevamos entre manos y critiquemos a saco para que las cosas cambien. Es de perogrullo o debería serlo, pero la Fórmula 1 lava la imagen internacional de estos países que rebosan mierda y pagan morteradas de dólares por acercarse siquiera un poco a la modernidad. Vietnam también está catalogado como país que vulnera los derechos humanos, y Arabia Saudí, ¿qué os voy a contar de Arabia Saudí...?

Os confieso que con esto del Dakar estuve a puntito de no verter una miserable línea sobre la coño prueba, pero luego recordé que aquí estamos para pensar por nosotros mismos y que flaco favor nos hacíamos todos desaprovechando una oportunidad servida en bandeja para hablar en plata y poner los puntos sobre las íes.

No me gusta Arabia Saudí como tampoco me gusta Irán, pero si la Fórmula 1 decide algún día que resulta rentable para el negocio celebrar un hipotético Gran Premio de Teherán, con Bernie o con Liberty, lo aceptaré a regañadientes para luego recordaros cómo ahorcan allí a los disidentes, a los homosexuales, o cómo lapidan a las adúlteras que a veces son sólo mujeres violadas. ¿Pretenden salir de rositas pagando por el blanqueo? Seamos coherentes y metámosles el dedo en el culo hasta que les duela, porque esa es nuestra puta responsabilidad como aficionados, que nos dicen que podemos cambiar el mundo y nos ponemos nerviosos y ni siquiera sabemos por dónde empezar.

Disculpadme la chapa. Os leo.

3 comentarios:

Elín Fernández dijo...

Un fuerte aplauso, José.
El grupo del 4to párrafo, sí, ese pais que dice ser el que lleva la batuta de la libertad, los DDHH y cuantas cosas más, es el más hipócrita de todos. Solo son malos los que no están con ellos y quienes no le aflojan lo que buscan y apetecen (energía para saciar la sed del mayor consumidor del mundo).

Josemi dijo...

Veo inevitable que haya unas olimpiadas en Arabia Saudi. Lo digo en serio.

Anónimo dijo...

Ni siquiera nos deberíamos olvidar de Europa. Hipocresía de hablar de DDHH para terroristas que ni se arrepienten de matar. Hipocresía de leyes aleatorias y de suicido demográfico perdonando a esos pobres refugiados de fuera que parecen no tener conciencia de sus actos.
Y no hablemos de la fabricación de armas para países del tercer mundo...
En Hispanoamérica también hay de todo y muchos se lavan las manos o miran a otro lado. En Europa sólo saben hablar, apenas actúan. Lo peor España que ya es cómplice de parte de esos regímenes criminales....
Me quedaría con el clásico Dakar. No sé si llegaría a haber corrupción, me quedo con la ayuda humanitaria que la caravana del Dakar les aportaba a todos los países por donde pasaban. Y tenían mucha necesidad de ello. Es algo que se perdió en buena parte y nunca se aclararon los motivos (Francia tampoco es de fiar, por muchas cosas).
No tenemos casi ningún poder. Sólo podemos hacer un esfuerzo para que la justicia divina o del universo sea clemente con cada uno y destacarnos de los crímenes del resto, denunciando lo que no hacen otros.