viernes, 10 de abril de 2020

No parece que haya sido ayer


Vivimos con tanta prisa que el recogimiento al que nos obliga la pandemia está ejerciendo de pócima que convierte las cosas que han ocurrido hace nada en cosas que sucedieron hace tanto que duele recordar cuándo. Sin embargo te quise ayer, cogí tu mano ayer, te abracé ayer, besé tus mejillas y labios ayer, ayer, no anteayer ni el día anterior, no, ayer, ayer con mayúsculas, porque cuando todo esto termine será ayer la última vez que te vi y sentí o escuché tus palabras...

He leído «Macondo» en Twitter y todo se ha vuelto Cien años de soledad. Nos embarga la melancolía porque sabemos que tarde o temprano nos quedaremos sin balas, sin anécdotas que rememorar, sin historia viejas que sobar, y este sentimiento es también esencialmente prisa por salir de la trinchera, por volver a nuestras costumbres, por saborear una Tregua de Navidad que no joderán los generales y los políticos con sus urgencias.

No sé qué sucederá mañana, pero sé que era ayer cuando disfrutábamos con el Dakar y los entrenamientos de pretemporada. No parece que fue ayer pero en realidad era ayer cuando en Macondo se saboreaban los aromas y colores del otoño mientras un coronel soñaba que hoy era el día en que llegaría la carta confirmando su derecho a pensión.

No parece que era ayer, pero siempre ha sido ayer...

Os leo.

1 comentario:

pocascanas dijo...

Oh! El Buendía de ayer...

Saludos desde el Coño Sur.;)