miércoles, 29 de abril de 2020

La ignorancia proactiva


Empecemos por el final, que queda mejor: en 2012, Bernie fue acusado por un parlamentario británico de haber pretendido comprar, unos años antes, un escaño en la bancada conservadora a su amigo Max Mosley [Acusan a Ecclestone de intentar comprar un escaño en el parlamento británico a Mosley]. Ya había estallado el caso Gribkowsky y durante el proceso se conoció que Ecclestone había untado a Jordan y Prost, entre otros, para conseguir sacar adelante la enésima prórroga del Pacto de la Concordia en 1998 poco después de haber consensuado el de 1997, aunque esta vez con mayores atribuciones para FOM...

Lo escribí en la primera entrega de esta miniserie que aún carece de etiqueta: «... pero hay suficiente bibliografía sobre La Guerra FISA/FOCA como para que deshagáis la madeja sin ayuda...» [Los buscavidas] —permanece intacto en el quinto párrafo de aquella entrada; y lo digo para que el perdonavidas arrogante que se embosca bajo un nick falso deje de hacer el ridículo—, y lo maticé en la segunda entrega de la secuela [Pero, ¿hubo o no hubo guerra?]; y el caso es que si no diferenciamos una batallita flanderiana en un entorno deportivo de un enfrentamiento en toda regla por controlar un negocio sustancialmente crematístico, poco puedo hacer por vosotros.

Hablamos de mafiosos, por si no os habéis caído del guindo. Bernie aprovechó su posición al frente de los equipos (FOCA) para materializar a finales de los setenta y principios de los ochenta del siglo pasado su predominancia como ricachón que se lo merecía, frente a equipos que hoy las están pasando putas, caso de Williams, porque creyeron que él, Ecclestone, era el salvador y un ente imprescindible, básicamente porque bajo su mando nadie se atrevía a imaginar un mundo mejor y nadie, afuera, se lo discutía.

Asumo la ignorancia en términos razonables, pero me mata ese empeño tan nuestro en permanecer ajenos a lo que dicta la lógica. Hay numerosas evidencias de que todo esto no es otra cosa que un inmenso lodazal en el que hay que entrar con traje NBQ, pero mientras haya imbéciles que juran sobre el cadáver de su madre que todo es normal, poco podemos hacer los que intentamos abrir las ventanas para que entre un poco de aire...

Os leo.

8 comentarios:

Churruca dijo...

Vas a peor, campeón. Yo que tú dejaba la gaseosa... Puedes abrir las ventanas todo lo que quieras que el exceso de burbujas igualmente acabará dejándote el cerebro como un queso gruyer. Deberías darle las gracias a Mr. E. , sí, por mucho que esté más allá de tú comprensión es lo mínimo que deberías hacer; porque claro, en los 70 y 80 cuando escuchabas "Fórmula 1" seguramente pensabas que era un nuevo chiringuito a que ir a echarte unos lingotazos... En fin, no me cabe la menor duda de que entonces eras un gran fanático futbolero, y si nota... Nada personal. (Pasa de publicarlo.

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

A ver, gilipollín... Yo entiendo que cuando nadie escribe sobre F1 no tengas otra cosa que hacer que venir aquí a soltar chorradas con tal de darte el pisto, pero, en líneas generales, ni me gusta el fútbol ni tengo demasiadas ganas de aguantar a subnormales como tú que dan por bueno que Mr.E pueda darte por el culo y tengas la obligación de darle las gracias. Va en el ánimo y en el temperamento, y los mierdas no entendéis de eso ;)

Jose

Anónimo dijo...

Con la de eventos de iRacing que estamos disfrutando a tope los fanáticos de la velocidad de toda la vida, yo no sé cómo encontráis un minuto para discutir...

El sucio Pagenaud impidiendo en las 500 Millas a Lando llevar su monoplaza hasta la merecída victoria. Indianápolis es para los locales, forastero! Encerrona a 800 mph. El inglés se encuentra mejor, recuperándose del impacto emocional. Ya hizo catarsis por twitter, dejando caer que habría gente que no se está tomando esto en serio. El altísimo no lo permita.

Vettel, Vettel! Él suspira por los v10 pero no sabe ganar sin los v8. Y como sólo se vive una vez, montado en su Brabham BT44B, salió a disputarle la gloria a Reutemann, Button y Montoya en un Sepang virtual del rFactor. Para qué os voy a contar, si lo podéis revivir en todo su esplendor por el Twitch. Spoiler: hubo trompo. No, no es broma.

Leclerc de bandana, a lo Apocalipsis Now, enviando recadito a Vettel. Que se venga a jugar la hombría restante al Simracing. Campeonó recientemente con retransmisión por la mismísima F1.com con los colegas. Giovinazzi, Albón, Jenson, Russell, Vandoorne, Lattifi. No faltó ni Johnny Herbert, que se tomó el insulto de Fernando Alonso como algo muy personal. Yo también seré campeón algún día.

Luego vamos por ahí diciendo que estamos aburridos.

Unknown dijo...

Amigo, no es la gaseosa, es el vino. Intenta controlar las proporciones y evita escribir bajo su influjo.

Anónimo dijo...

No no, ni el vino ni la gaseosa. Es la lactosa. Está generación compró el bulo de que la leche es un peligro para la salud pública, y que su ingesta conduce irremisiblemente a la muerte y al libertarismo anarcocapitalista.

Un milagro sería que dejasen descendencia.

Anónimo dijo...

Me pinchan y no sangro, Josete. Espero que estéis bien tú y tu madre y que el silencio de estos días se deba a otra cosa y no a los comentarios de los niñatos que defienden a Bernie. Ver para creer. Abrazote

matador dijo...

Hola,

Antes, en todos los pueblos, había un tonto. Se le reconocía fácilmente y la oportunidad para conocerlos solía ser las fiestas patronales, de su pueblo, o de algunos pueblos vecinos. Ahora, ya lo dijo Umbero Eco, las RRSS son un gran altavoz, y los tontos no tienen que desplazarse una vez al año a los pueblos vecinos para hacerse presentes, es más, ahora, incluso, hacen quedadas para hacerse notar, y manchar en territorio ajeno.

Santa paciencia la tuya, Jose!. No sé como ni siquiera les entras al trapo haciendo públicas sus defecaciones. Antes, aunque nos riéramos por lo bajini del tonto ajeno, se intentaba no dejarlos en mucha evidencia, aunque ahora que tienen su altavoz, el escarnio quizás sea la única forma de hacer patente su tontez.

Salu2!

Anónimo dijo...

No hay mayor desprecio que no hacer aprecio, ni caso.

Ignorancia e infelicidad combinadas, no se enteran de nada ni de la absurdidad de la existencia, por supuesto.

Tratan de generar una algún tipo de identidad patética, mediante la agresión verbal y el daño; qué mal se tienen que sentir, qué sufrimiento soportan, qué pena.

Pobres.