martes, 14 de abril de 2020

El menos indicado


Hombre, es bastante habitual, y hasta cierto punto comprensible, que los seres autoritarios carguen tintas contra los sistemas democráticos y digan de ellos que no funcionan. En este sentido, no es de extrañar que Bernie lo haga, aunque sorprende bastante el amplio predicamento que suelen encontrar sus alharacas entre una chavalería incapaz de preguntarse qué sucede para que los sistemas autoritarios tampoco funcionen...

No es cuestión de ponernos a reflexionar sobre los valores que hacen de una democracia una auténtica democracia —ponedle voz de Marcos Mundstock a estas palabras, please!—, pero sí parece momento para recordar que Ecclestone es el menos indicado para hablar de estas cosas, ya que su autoritarismo nos está costando bastante caro y continúa lastrándonos incluso tres años después de que Liberty Media le obligase a abandonar el barco.

La actividad está plagada de sinsentidos todavía hoy. Las corruptelas pasadas, los favores otorgados y debidos, las cosas que había que hacer por cojones, la pistola en el pecho a quien no quería tragar, etcétera, etcétera, etcétera, nos han traído a un escenario rebosante de desigualdades que, al parecer, ya no interesa ni a los septuagenarios que gastan Rolex. Y no, nos haríamos un flaco favor pensado que lo que está sucediendo a cuenta del coronavirus es cosa sólo de Liberty.

En épocas de bonanza Bernie debilitó a los promotores de los circuitos imponiendo sus criterios económicos, así como mermó la parrilla porque los equipos pobres sobraban mientras untaba de lo lindo a la FIA. Socavó el poder de las escuderías al establecer rangos entre ellas. Favoreció a unos y perjudicó a otros con tal de asegurarse los apoyos necesarios para que su autoritarismo resultase eficiente y perpetuo. Como decía más arriba, la Fórmula 1 está tan contaminada que tres años después del cambio de manos del FOM, la mano de los norteamericanos apenas se nota en el espectáculo, y nos queda tiempo con esto porque la nueva era no llegará antes de 2023.

El coronavirus sólo ha ejercido de acelerante en un incendio que más pronto que tarde se tenía que desatar, y la culpa no es de la democracia en el seno del deporte, sino de la avaricia de nuestro querido tirano, quien, para colmo, vendió la F1 a Liberty Media y no ha parado desde entonces de dar por aquel sitio...

Os leo.

1 comentario:

matador dijo...

Hola,

Creo que las pretensiones de Bernie son muy claras, menoscabar el negocio de Liberty para recomprarlo más barato de lo que él lo vendió. Lo que pasa es que, a lo mejor, le acaba saliendo el tiro por la culata, o no. Me explico:

-La F1 está tan debilitada que "no interesa ni a septuagenarios que gastan Rolex" (yo no lo hubiera dicho mejor), si se mantiene es por el halo que la tradición le otorga como cúspide del automovilismo deportivo, alimentada por las viejas leyendas. Los pilotos actuales carecen de carisma, y si no que alguien explique por qué Raikonen o Kubica están dando vueltas en el circo, o como Alonso es el Rey de la Silly Seasson. Además, su viabilidad como modelo de negocio parece muy en entredicho.

- A pesar de la hibridación, tan criticada por Bernie, el automovilismo de calle se mueve hacia otros derroteros eléctricos y la F1 no puede permitirse no cumplir el repetido mantra de ser el laboratorio donde se prueban primero las innovaciones que acabarán llegando a tu utilitario, y queramos o no, el futuro parece eléctrico.

- Su delfín Agag estuvo muy listo, anticipándose a todos y promoviendo un campeonato eléctrico en el que, poco a poco, todas las marcas han dedicado de interés involucrarse, algunas prefiriendo a los tradicionales campeonatos como el WEC o la propia F1 (los señores de VAG).

Bernie es muy listo, y su amíguete Agag ya ha demostrado que su idea es viable. La jugada es clara, sacar beneficios de la recompra de la F1 y acabar fusionándola con un campeonato donde ya están las marcas, que ha sido siempre la obsesión de Eclestone. Y como al Tito Bernie no le puede quedar mucho, Agag recogerá las migas.

Esto del confinamiento me hace escribir unas distopías...

Salu2!