domingo, 22 de marzo de 2020

Te toca, Toto


Sé que es duro lo que nos está pasando y que cualquier palabra mía servirá de poco, a fin y a cuentas, vivo en cuarentena perpetua desde que decidí que los últimos años de mi madre, doña Matilde, no los iba a pasar sola. Pero incluso yo estoy notando la pesadez plúmbea del cambio de hábitos. 

Hace días que no veo a Elías ni arreglamos juntos el mundo. Parece que hace edades que no beso la frente de Blanqui, que no saludo a mi gente ni la acaricio la cara ni la abrazo, que no hago bromas con Jairo ni con Asier ni con Iker, que no me cruzo con Xavi... pero también sé que extrañándoles les estoy cuidando desde lejos, como el francotirador que pasa meses en su atalaya y sólo rompe el silencio de radio para decir todo OK, ¿todo OK también ahí..?

Se habla mucho de liderazgo en estos momentos, pero en esta película del coño coronavirus el liderazgo es múltiple y alude a un pueblo recogido en casa que cuida de los demás desde el confinamiento. Sería facilón recurrir a ejemplos como Sarajevo o Alepo para referir lo que les supuso y ha supuesto a otros cuando a su alrededor caía artillería de verdad o silbaban las balas perdidas y no les asolaba una pandemia que, en cierto modo, nos exige relativamente poco aunque nos parezca excesivo para lo que pueden soportar nuestras espaldas...

Pienso mucho en el bendito liderazgo y recuerdo que hace años escribí sobre el interés que se le veía a Mercedes AMG por suplantar a Ferrari [Mercedes quiere ser Ferrari]. Tiempo después retomé el asunto [Ser Ferrari (II)] y hoy es el día en que Brackley es el líder indiscutible de la parrilla y cabe preguntarse para qué. Sí, sí. No es lo mismo poder que autoridad y el lidezago sin propósito definido es más peligroso que un chimpancé con un revólver cargado entre los dedos.

A pesar de las historias que nos ha contado la prensa rosa de Autosport o Motorsport, Maranello ha abierto la mano más veces que la ha cerrado, y es aquí que no sé si Toto Wolff está capacitado para gestionar todo el poder que atesora en estos momentos. Nadie os hablará de esta película ya que no vende absolutamente nada, pero el futuro de la Fórmula 1 pasa porque Toto (y Ola Källenius) remen en la misma dirección que Liberty Media, de la misma forma que el éxito de España ante el virus endemoniado depende de lo que hagamos cada uno de nosotros. Responsabilidad ante el grupo, temple y mirada firme sin bajar la cabeza, y pensar en el todo más que en personalidades, lo mismo que ha venido haciendo Ferrari desde 2009 a esta parte aunque nadie se lo haya agradecido.

Home, sweet home... Os leo.

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