viernes, 6 de marzo de 2020

La Fórmula 1 a escala


No recuerdo haberos comentado que etiquetamos en su día esta serie de entradas dedicadas a mi colección a escala 1/43 [#1/43]. Si no ha sido así hoy queda reparado el despiste, y si por un casual ya lo mencioné, tampoco pasa nada, me gusta hablar de mis joyitas y me resulta bienvenida cualquier nueva oportunidad de hacerlo.

En fin, esta tarde no se trata de mencionar un coche u otro, sino de animaros a que si tenéis tiempo y espacio en casa (fundamental), penséis en empezar vuestra lista de recuerdos en formato pequeño, y aunque he pecado como el que más haciendo colecciones, también os rogaría que no os dejáseis arrastrar por ellas, ya que al fin y al cabo, la elección viene hecha y no siempre puede colmar nuestras aspiraciones.

Con los cochecitos pasa un poco como con las selecciones de música o literatura por fascículos, hay una porción de material interesante (se denomina gancho por algo), pero acabas pagando incluso por lo que no vas a escuchar o leer jamás. Así las cosas, si alguno se está pensando empezar este hobby, lo mejor es que elija una época o un piloto o una escudería, o un motivo cualquiera, y comience por él, dándole densidad. Sin considerarme complusivo —he completado mi material tirando de saldos y gangas, o incluso comprando piezas que he reparado yo mismo—, sí soy de los que echan algunas horitas en las páginas web del sector, sobre todo en fines de semana muertos.


La escala más pequeña de todas es la 1/64 (tamaño Hotwheels, para que nos entendamos), pero me gusta la 1/43 porque conjuga perfectamente el concepto miniatura y la mayor cantidad de detalles posibles.

Tengo un montón de coches a escala mayor (1/18), todavía guardo mis 1/24 de Hasegawa con los Grupo C de Resistencia y algún Tamiya, y los 1/32 para pista de Scalextric acabarán teniendo su espacio en vitrina en cuanto el estudio deje de ser el cajón de sastre lleno de embalajes que es ahora. También están unas piezas hechas a mano, escala 1/6, manufacturadas totalmente, que según las encuentre y vea que resistieron el traslado de Padre Laramendi a Gorliz, seguro que os las presento...

Pero a lo que vamos, los 1/43 tienen algo muy especial: son chiquitines y hermosos, y los sostengo en la mano y siento que que los Reyes Magos se hicieron de esperar lo suyo, pero al final llegaron.

Os leo.