domingo, 21 de diciembre de 2014

Juventud, ¿divino tesoro?


Pasado el tiempo en que a los pilotos entraditos en años se les decía adiós por la puerta de atrás de las escuderías, sin apenas ruido y sin un Montezemolo que los abrazara entrañablemente mientras susurraba aquello de «eres un auténtico hombre Ferrari» y tal —creo honestamente que este achuchón sin par está en la base misma de la extraña recuperación sufrida por mi Felipe en su paso a Williams—, parecía que la chavalería se iba a comer el mundo.

Apenas unos años después de que a Rubinho o Jarno, por ejemplo, les pasara lo que comentaba en el párrafo de arriba, a los que les seguiría Mark, que se fue de Milton Keynes sin fuegos artificiales aunque con el apretón de manos de Dietrich Mateschitz, la edad media de la parrilla ha bajado lo suyo a la vez que lo hacía el montante medio abonado a los conductores.

La economía es importante en este aspecto, aunque no lo parezca. Los zagales vienen con los dólares bajo el brazo o cobran poco porque poco han demostrado, lo que justifica en buena medida que en época de vacas flacas como las que hemos sufrido en un pretérito bastante cercano, los chupetes y los pañales hayan abundado en el paddock. Pero en las alineaciones para 2015 se percibe un sutil cambio de tendencia, que dirían los economistas.

Bien es verdad que de momento solo contamos con 9 escuderías en vez de las 11 que han venido sirviendo para completar el cupo del denominado mayor espectáculo automovilístico del mundo, razón por la cual, hay de momento y si no cambian las cosas, 4 asientos menos que computar, lo que a la media de edad le importa un pimiento (la media aritmética es la media: promedio frío como cubito de hielo, así haya 22 pilotos o tan solo 18). 

Total, a lo que iba, que por bien o por mal, la tendencia de estas últimas temporadas se ha suavizado porque más allá de los números, para 2015 se percibe un interés inusitado por valorar la experiencia a pesar de que la aparición estelar de Max Verstappen desluzca el resultado de cualquier análisis científico, incluso el de este que estoy dando forma.

Obviamente también interesa el dinero, pero en líneas generales se nota que las escuderías han apostado por fortalecer su musculatura en pista, desterrando la idea de jugar a la ruleta rusa con nuevos valores. Así las cosas, Mercedes AMG, Williams, Lotus y Sahara Force India repiten tripulaciones: Lewis Hamilton (29) y Nico Rosberg (29); Felipe Massa (33) y Valtteri Bottas (25); Pastor Maldonado (29) y Romain Grosjean (28); y Sergio Pérez (24) y Nico Hulkenberg (27), respectivamente. 

Red Bull sustituye a su tetracampeón del mundo por Daniil Kvyat (20), pero mantiene a Daniel Ricciardo (25). Ferrari, sigue con Kimi Raikkonen (35) e incorpora a Sebastian Vettel (27). Y McLaren, apuesta por continuar con Jenson Button (34), a quien acompañará Fernando Alonso (33), formando así la configuración más veterana de la parrilla.

Por el contrario, Sauber sí abre uno de sus habitáculos a sangre nueva: Felipe Nasr (22), a la vez que se apunta a darle el otro a un ex de Caterham, Marcus Ericsson (24). Y por último, en el lado opuesto a McLaren, la juvenil Toro Rosso, con Max Verstappen (17) y Carlos Sainz (20).

Y es que ya en 2012, cuando todavía andaba por ahí Michael Schumacher, haciendo lo que Verstappen, desvirtuando la media pero por arriba y colocándola concretamente en 28,5 años, se preveía un rejuvenecimiento sin paliativos de la parrilla que afectaría inevitablemente a las sesiones siguientes.

En 2013 y a pesar de la presencia del Kaiser en su último campeonato, la media efectivamente bajó a 27,0 años, tendencia que se afianzó en 2014 llegando a marcar los 26,1 años de promedio. Pero cuando ya se hablaba de que algunos pilotos empezaban a estar mayores para esto y el hijo de Jos amenazaba con romper la baraja, las necesidades de sobrevivir a la nueva normativa han obrado el milagro y las canas vuelven a revalorizarse.

La juventud ya no parece un divino tesoro, y la media de edad repunta hasta los 26,7 años. Os leo.

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