viernes, 5 de diciembre de 2014

Red Bull #findefiesta


A poco que echásemos algo de imaginación y pudiésemos poner en el interior de un RB10 una PU106A de Mercedes-Benz en vez de una Energy F1 2014 de Renault, no sería descabellado pensar que Daniel Ricciardo muy bien podría haber estado en posición de disputar el título a Nico Rosberg y Lewis Hamilton, cuando no se sabía quién de los dos lo ganaría, se entiende.

Aunque en cierto modo, ya lo ha hecho la criatura de Milton Keynes en manos de su piloto australiano, pues que de no haber sido por esa extraña voluntad por mantener intactas las posibilidades de los dos conductores oficiales, aussie junior habría tenido opciones de amargar la fiesta a Lewis y Nico en Abu Dhabi y su doble puntuación, a pesar de que su vehículo iba impulsado por la misma unidad de potencia que ha clavado en el corcho de los desastres irremediables nada menos que a tres de sus cuatro clientes: Caterham, Lotus y Toro Rosso.

Y es que el RB10 de la austriaca ha paliado la escasez de caballos con un ejercicio de aerodinámica que aunque rodeado de numerosas incógnitas, si podemos decirlo así debido al razonablemente poco interés que ha levantado, se ha hecho patente en un monoplaza —quizás el único de la parrilla—, que ha sido capaz de plantar cara a los todopoderosos W05 de Mercedes AMG sin un motor que lo respaldase.

En este orden de cosas, cabe decir que el nivel de respuesta de Milton Keynes ha sido excepcional. Tras un desastroso periodo de pretemporada en el que apenas se rodaron unos pocos centenares de kilómetros, Ricciardo se estrenaba en Melbourne consiguiendo la segunda plaza al término de la prueba. Tras la sonora descalificación a la que fue sentenciado por la FIA, nada parecía insinuar que pudiese ganar 3 carreras y quedar tercero en otras 5, con lo cual, no lo olvidemos, ha sido el único rival de Brackley que ha conseguido hacer victorias en un territorio dominado de cabo a rabo por la anglo-germana.

Como decía hace un par de párrafos, a mi modo de ver, solo la tontuna y la cerrazón por mantener la igualdad entre sus pilotos a partir de Monza, ha impedido que Red Bull coronase con éxito su quinta temporada consecutiva, si no logrando el Mundial de Marcas —bastante caro de conseguir puesto que Sebastian Vettel no ha logrado encontrarse cómodo en toda la sesión—, sí al menos el de Pilotos, ya que una apuesta más firme sobre Ricciardo, siempre bajo mi humilde punto de vista, habría podido sacar provechosos réditos de los numerosos puntos débiles que han mostrado los vehículos de Nico Rosberg y Lewis Hamilton a lo largo y ancho de la competición.

Sea como fuere y enlazando con el inicio, si el RB10 hubiese dispuesto de una plataforma motriz que ofreciese las debidas garantías, sin lugar a dudas podríamos estar hablando de otro escenario. Pero la realidad se impone y Red Bull cierra este 2014 en un merecidísimo segundo lugar, aunque empañado por la partida de Sebastian Vettel hacia Maranello y por la pregunta lanzada al aire de por qué no se han protegido mejor las opciones reales de Daniel Ricciardo.

Os leo.

1 comentario:

pocascanas dijo...

Bastante bien dices que el mundial de marcas era algo remoto para RB, porque para semejante cometido se necesita de ambos pilotos, pero bien hubieran podido sazonar un poco el último tramo del campeonato de pilotos, avalando a Ricci como un tercero en discordia.
Vaya uno a saber, quizás lo juzgaron demasiado "tierno" para campeonar en su primer año y se guardaron algo bajo el poncho.