domingo, 14 de diciembre de 2014

Sergio Marchionne y sus cosas


Las aguas de la Fórmula 1 remansan una vez sabemos dónde estará Fernando el año que viene y el debate se ha trasladado inevitablemente a ver si se restañan las viejas heridas o si los de la burra, rin, rin, disponen de suficiente munición como para darnos el año, pero todavía hay quien se pregunta como José Mourinho: ¿Por qué. Por qué, por qué...?

Maurizio Arrivabene, nuevo manús de la rossa es meridianamente claro en este aspecto. Por un lado aspira a que La Scuderia gane un par de carreras de las 21 que propone Bernie para 2015, por otro, se muestra salomónico con el espinoso asunto de dar jabón a los dos pilotos oficiales, ya que se sentiría feliz, dice, con que una fuese para Sebastian y otra para Kimi...

En mi infinita ingenuidad me pregunto qué coño pretende hacer Maranello aspirando a ganar solo dos pruebas el año que viene, pero toda vez que empecé este año zurrando a la de Il Cavallino precisamente por su torpeza y corteza de miras frente al campeonato que hemos terminado [Ferrari: a spacetime odyssey], también tengo que reconocer públicamente que a estas alturas de la película no me hago tantas preguntas como el entrenador portugués, entre otras cosas porque es una evidencia que la casa de Enzo ha saltado hecha pedazos.

Domenicali, Marmorini, Montezemolo y hace nada Mattiacci, Tombazis y Fry, han cogido el petate y ya son pasado, lo que viene a suponer que acertábamos de lleno al entrever las orejas de FIAT en todo esta historia, cosa que también confirma don Maurizio al apostillar sus anhelos vertidos en una reciente entrevista con un elocuente: «Ninguno está aquí para lamentar el pasado. Todos estamos aquí para construir el futuro. No tengo dudas de la enorme dedicación de nuestro presidente Marchionne. Con el tiempo, se desvanecerán las preocupaciones de aquellos que no lo conocen.»

Yo soy de los que no conozco al de Chieti, y para ser sincero de los que no se fían un pelo ni de sus formas ni de sus intenciones para con Ferrari. Deconstruyendo lo sucedido a la manera de Derrida, el escenario que observo no es muy diferente a esos otros en los que la matriz de una multinacional agota por hambre y falta de recursos a una de sus filiales para poder justificar así, un cambio supuestamente imprescindible que a la postre, podría resultar que ni era necesario ni ayudará a cambiar nada.

Basta recordar lo que dijera Aldo Costa al respecto del poco caso que hacía Montezemolo a sus peticiones, o leer entre líneas a Luca Marmorini cuando decidió soltar la lengua, para entender por qué fallaban el túnel de viento y el simulador y por qué, en definitiva, no salían nunca las cuentas sobre el asfalto.

Basta sumar a este concierto algunos flecos más que no me caben, para entrever que Ferrari ha pasado estos últimos años más preocupada por su cuenta de resultados que por resolver sus batallas en pista, y que esta brida ha desaparecido como por arte de magia en cuanto el del jersey informal y su talonario han hecho acto de presencia para resolver el problema que ellos mismos habían creado.

El dinero ahora corre a raudales en Maranello. Nadie está aquí para lamentar el pasado y todos, incluso yo, porfiamos en la construcción de ese futuro que mencionaba hace unos párrafos don Maurizio, pero el daño ocasionado es colosal y va a llevar mucho tiempo repararlo, lo que nos explica perfectamente por qué Fernando ha decidido ir a beber de otros vientos, quizás, un suponer, porque el asturiano tampoco se fía de Sergio Marchionne y sus cosas.

Os leo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pienso que detrás de todo esto están los €, si vemos lo que la Scuderia ingresa por el equipo de F1, entenderemos mejor todo

Unknown dijo...

Me he quedado un poco de piedra al leer lo del "dinero corriendo ahora a raudales" en Maranello... Ni en mis peores pesadillas me hubiera imaginado ese escenario en la Scuderia. Agnelli jamás habría permitido eso.

Y en cuanto al episodio Marmorini, alguien me puede poner al día de esas declaraciones acerca de los motivos de fallo del túnel de viento y simulador????

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenas noches ;)

Anónimo ;) Yo iría más lejos. Ferrari está siendo segregada del grupo FCA para capitalizarse, lo que nos pone en que Marchionne se ha quitado molestos escollos de en medio para llevar a cabo su propósito sin interferencias. El dinero era problema para asfixiar, ahora ya no lo es porque hay que decorar Ferrari para hacerla apetecible en el mercado ;)

Sergio ;) Solo el montante que se dice que se ha pagado a Vettel, así como el pastizal que se ha invertido en traer a la gente de Red Bull y el que hará falta para recomponer todo el cuadro laboral eliminado por Mattiacci, haría que Enzo o Gianni se levantaran de sus tumbas :P

Y en cuanto a Marmorini, digo que «leyendo entre líneas lo que dice», no le atribuyo acusación al respecto del túnel o el simulador.

Ahora bien, sus expresiones «¡Como si una compañía con la historia de Ferrari se hubiera olvidado de hacer motores!» y «¡pero eso no lo compensaba la aerodinámica!» lo que apunta a lo que meses antes decía Costa, el otro protagonista del párrafo: «En 2008, el departamento de carreras pidió construir una nueva galería del viento. Creíamos que era indispensable para volver a ser competitivos. Nos respondieron que no era el caso»

Lo uno lleva a lo otro y vicerversa, y aquí hay que recordar que Pedro se ha puesto a perfilar el simulador este año, 2013...

En mi opinión, un completo desastre ;)

Un abrazote

Jose

Josemi dijo...

Veo por ejemplo Lambo y sospecho el futuro de ferrari capitalizado-y-vendido-por-una-pasta.

No es un secreto que el Huracan es la culminacion de las mecanicas Audi, es un Audi R8 llevado un poquito mas alla.. Ahora se habla del Urus, un bicho gordo y grande que sera el Q7 pero mas en caro. Y asi.

Unknown dijo...

Marchionne ha terminado de rematar el paso del equipo de carreras que hacía coches a la marca de turismos que también tiene un equipo en las carreras.

Acabo de caer en la cuenta, tras más de 22 años siendo tifossi, que La Ferrari que he amado esta muerta.

Lo que nos depara el futuro no me da buena espina. Ojalá me equivoque.