miércoles, 31 de diciembre de 2014

El gran Jacques


El campeón del mundo de 1997 es el típico personaje que podría ir de plató en plató, haciéndose pasar por un experto en Fórmula 1 sin levantar sospechas.

Sabéis de sobra lo que pienso del bendito término «experto», así que no me miréis ni siquiera de reojo, ya que a la espera de que la Real Academia Española de la lengua recomiende la utilización del término «friki» en la mayoría de casos en que se utiliza «experto», es cierto que no queda otra que arrear con que tengamos que soportar expertos a cascoporro y en todas las áreas, lo que supone un auténtico martirio; aunque sinceramente, en el caso de Villeneuve junior, creo que friki le iría mejor como referencia ante el vulgo.

Y es que hay que ser un friki como Jacques, para seguir tolerando que con el paso del tiempo y la que ha caído estos últimos años, le entrevisten día sí y día también, bajo la sombra de ser el ejemplo vivo de piloto cochedependiente...

Es cierto que obtuvo el subcampeonato del mundo en 1996 y el título mundial en 1997 con sendas maravillas técnicas bajo el culo. También lo es que con la salida de Adrian Newey de Williams y el abandono de Renault, 1998 supondría la primera de un sinfín de pésimas temporadas... Pero el hijo de Gilles no llegó a la F1 con tan solo el nombre de su padre bajo el brazo. En 1994 fue declarado rookie del año en el campeonato Champ Car World Series (CART) y en la sesión siguiente, ganaba las 500 millas de Indianápolis y de paso, lograba el título de la disciplina norteamericana, antes de pasar a engrosar las filas de Grove sutituyendo a David Coulthard.

No obstante, la historia de Jacques parece circunscribirse a ese breve periodo de éxitos que coronan la penúltima etapa de La Régie como motorista. A partir de 1998 empieza su caída y de allí, hasta el infinito y más allá, que diría aquél. ¿Sencillo, no?

Ahora bien, en mi infinita maldad, quizás por lo que ha supuesto Gilles en mi vida o porque conozco perfectamente lo que luchamos algunos por desprendernos de la sombra de nuestros padres, siempre me ha cabido preguntarme qué habría sucedido si Renault no hubiese decidido dejarlo y sobre todo, si Newey no se hubiera largado a McLaren en 1997 dejando el coche de aquella temporada ya definido, pero también visto para sentencia ante su principal rival de las últimas carreras, el MP4/12.

Si Adrian y la motorista gala no se hubiesen confabulado para dejar huérfano por segunda vez a Villeneuve, a lo mejor teníamos en vez de un friki, un nuevo tricampeón del mundo o incluso otro tetracampeón, quién sabe, la historia de nuestro deporte se escribe siempre sobre renglones torcidos. Sea como fuere, Jacques Villeneuve es un tipo excéntrico que se inmoló por pura amistad en el proyecto BAR e incluso, ha flirteado con la música. Además, es hijo de Gilles y eso no se lo quita nadie...

Y por ello atrae audiencias y ofrece titulares, como hacía aquí el otrora Rey del pollo frito, y tal vez sea por eso, que ha sido absorbido con total naturalidad por la farándula que rodea el paddock, mientras se le sigue negando que condujo mejor que habla.

Os leo.

2 comentarios:

Por Dentro dos Boxes dijo...

Jose,

desejo a você e a seus familiares um FELIZ ANO NOVO com muita paz, saúde e prosperidade...

abs...

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

André, un abrazo inmenso para ti y todos los tuyos. Feliz 2015, compañero ;)

Jose