domingo, 28 de diciembre de 2014

Mi Felipe en picardías


Mi Felipe está viviendo un momento inenarrable, lo cual me sigue ratificando en que mantengo intacto mi contrastado sentido arácnido.

Es cierto que como en toda relación paternofilial, aunque esta que nos une sea pelín forzada, ambos hemos compartido momentos alegres y también instantes bastante ingratos. Pero el final es lo que cuenta y aquí cabe decir, que si bien metía la pata hasta el zancarrón cuando en 2008 enarbolaba aquello del ¡rosso o nada!, el tiempo ha venido a darnos a los dos la razón porque el paulista parece un tipo feliz lejos de Maranello, y yo agradezco a los cielos que disfrute de tanta miel hasta la última gota.

Pat Symonds (Williams) ha venido a decir que Massa ha superado las expectativas depositadas en él. Séptimo en la general de pilotos de este año, el brasileño casi ha igualado sus números de 2013 (134 en la de Grove frente a 132 puntos conseguidos con Ferrari), aunque ha mejorado una posición teniendo a tiro además, a Fernando Alonso, el sexto clasificado.

Tal vez si en Canadá no se hubiera topado con Checo, en Austria no hubiese sufrido de pájara y en Gran Bretaña, hubiera logrado evitar a Magnussen, la situación habría sido bien distinta. Quizás también, si hubiera sido un poquito más reivindicativo a la vez que cauto antes del verano, como se demostraría a partir de Hungría, incluso habría podido quedar por delante de Valtteri al final de la temporada. En todo caso, no podemos negar que a comienzos de sesión nadie en su sano juicio daba a mi Felipe un año como el que ha firmado en Williams.

Ahora que sabemos cómo ha estado La Scuderia este último lustro, resulta incluso comprensible que ser rosso le haya supuesto al paulista más una losa que un beneficio.

Pasado el tiempo en que solicité clemencia para él en aquella larga agonía que terminó cuando Luca Cordero di Montezemolo le abrazó paternalmente en Mugello, el futuro que no le auguraba llegaría durante 2014 en forma de potencia alemana y gomas italianas duras. Ahí sí, ahí mi Felipe se crece y sabe dar lo mejor de sí mismo, que quizás no sea demasiado pero al menos, parece suficiente.

En Grove se siente cómodo y protegido, tanto que no duda en ponerse de tarde en tarde el picardías, para lanzar chinitas a quien considera parte responsable de lo sucedido en su etapa postrera en Maranello. Y es que a ver, Fernando es capaz de hacer que un tractor parezca un galgo pero él, a Felipe me refiero, incluso corriendo para sí mismo, necesita tener detrás un auténtico equipo.

¡Ay. Estos hijos!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena chinita le lanzas a Felipe. ;)



King Crimson

Anónimo dijo...

Hola Jose y todos.

Es que, King Crimson, en mi opinión, El Felipe de Orroe se merece esa y todas las chinas que se le quieran lanzar.

Es conocido que no siento predilección por Massa, pero a ver de qué coño temporada estamos hablando cuando un tío de su experiencia ha quedado por detrás de su compañero...

Como a SuperLópez, a Felipe habría que decirle Medianía.

Y mira que empeora cuando abre la boquita, eh?

Un saludo a todos,

ABB