domingo, 11 de junio de 2023

Igualdad a primera sangre #25TLM23 [09]


No tengo mucho de qué quejarme, la verdad. Por fortuna he vivido momentos del automovilismo deportivo que empañan cualquier criterio moderno. 

Hace relativamente poco, en mi última visita a casa de Steffi y Edgardo [De nuevo Cars a la Carta], recordábamos que en el pretérito de nuestra afición, el espectáculo surgía de la propia competición y por ello se televisaba, y que ahora todo se hace por y para la retransmisión. 

Bueno, quien paga manda y los actuales actores involucrados abonan tal cantidad de dinero por exposición o repercusión o váyase a saber qué otra razón espuria, que resulta hasta lógico que impongan sus ideas y los promotores se bajen los pantalones ante ellos y cumplan, pues para eso cobran. Cuando hago pellas con Jero también suelo mencionarlo [¡Más madera! (Efecto suelo IV)], y, desde luego, en Nürbu estáis cansados de leérmelo.

Acabo de pasarme por Twitter antes de ponerme al teclado y ya hay gente comparando el espectaculazo que están dando los Hypercar en la Edición del Centenario con épocas menos televisadas pero infinitamente más apasionantes, que han quedado en la retina de todos gracias a un modelo de periodismo más comprometido con la actividad y, también, menos dócil ante las gabelas de una concepción del espectáculo que ahora extiende sus tentáculos hasta los entresijos de la información.

No hay mucho que comparar, la verdad, pero si vais a hacerlo, tened en cuenta que aquellos duelos entre iguales se celebraban con floretes bien afilados, y, en la actualidad, todo se ha vuelto un poquito más coreografiado porque así lo exige la escaleta.

Os leo.






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