Ya cuento las horas que faltan para que me rasure el labio superior. Hay dos motivos para que suceda: uno tiene formato de libro y dudo que esté terminado a tiempo, el otro es la victoria de Ferrari en Constructores o Pilotos a final de esta sesión, en todo caso, manejo un 90% de probabilidades de llegar a Navidades sin el bigote que me adorna desde el otoño de 2014.
Por suerte para todos, la «gente seria» y «los listos de la clase» zanganean impartiendo su sabiduría en redes sociales, aunque, a pesar de sus asombrosas habilidades, siguen si ser pillados por los cazatalentos que nutren a las escuderías de los mejores en su especialidad sean del país que sean, sin que importe su nacionalidad o confesión. Al final la cosa se ha reducido a saber si nos quemaremos en el infierno o besaremos el cielo, y por la razón que sea —el aire huele extraordinariamente bien—, esta temporada he decidido que será lo segundo porque creer es una actitud y quien diga lo contrario no tiene puta idea de vivir.
Essere Ferrari! Os leo.
1 comentario:
Desgraciadamente, estamos ante otro cambio de reglas para igualar la parrilla en el que, de nuevo, un equipo saca un segundo por vuelta a los demás cuando le place.
Esta Formula1 está tocada y hundida. Poco más se puede decir después del truño de hoy.
No queríamos otro Jaimito.
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