Es de nota la fijación que sienten algunos por las celebraciones —una semanita, tiempo de sobra, les daba yo junto a Amama, que cuando está lúcida parece un calendario de necrológicas—, y es que hoy, como todos los años desde 1988 en la misma fecha, también recordamos que fallecía Enzo Ferrari, una de esas personalidades imponentes de nuestro deporte a la que la prensa especialista anglosajona ha dedicado toneladas de fobia irracional por ser italiana, aunque ni han llegado a mellarla ni mucho menos empañarla.
El mástil del Ducado de Gorliz luce en lo más alto Il Cavallino Rampante porque no estamos para medias astas ni para crespones negros, ni mucho menos para homenajes que no pasen por recordar vivo al creador y continuar empujando su obra al grito de Forza! Essere Ferrari, forza!
Os leo.
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