viernes, 5 de agosto de 2022

Fiesta de agosto

En la IndyCar no se andan con vainas, después de la victoria de Alexander Rossi en la Race 2 de Indianápolis [Cela même], el organismo rector detectó algunas irregularidades en el Andretti Autosport dorsal número 27 durante la verificación técnica posterior a la prueba, y ha sacudido una multa al equipo y una mordida de 20 puntos al saldo obtenido por el piloto en la carrera.

Lo sorprendente del caso —observado desde los parámetros de uso civil y militar de nuestra amada Fórmula 1—, es que, en el momento de escribir estas líneas, ni Andretti ni Rossi se han puesto a llorar por las esquinas, ni han insinuado que alguien los persigue con ojeriza y mala fe. Tan normal, vamos.

Os leo.

2 comentarios:

Lastra dijo...

Es que los yanquis son tipos duros, de pelo en pecho, no acostumbran a lloriquear cual damiselas abandonadas por el galán a la puerta de la Iglesia.

Bueno, al menos en el business este del motorsport, adonde al parecer no ha llegado la peste Woke.

Erathor dijo...

Un fenomeno raro, ejem, raro, raro, rarísimo.