jueves, 25 de agosto de 2022

Bestezuela NSX

Que levante la mano quien hace años no perdió lo que no tenía metiendo horas en la consola para desbloquear el Honda NSX Super GT500 y ponerse a sus mandos en cualquiera de sus decoraciones...

El coche que traigo hoy a Nürbu es un señor clásico cuyas primeras unidades pisaron asfalto a comienzos de 2005 con la intención de participar en la Super GT japonesa (All Japan GT Championship) y batirse el cuero allí frente a los Supra de Toyota y los Skyline de Nissan. 

Con base en el Honda NSX NA2 de calle, el encargado de convertirlo en un animal de carreras fue Dome Co. Ltd, preparador que exprimiendo las posibilidades que ofrecía la normativa, supo crear un icono de la competición que desgraciadamente no resultó en pista tan brillante como prometía.

Rozando la tonelada de peso (1.080 kilos en seco) y una envolvente que quitaba el hipo, el NSX Super GT500 iba propulsado por un motor Acura de 2.993 centímetros cúbicos montado longitudinalmente y con arquitectura en V6 a 60º, que disponía de inyección electrónica y doble turbo, lo que le permitía servir algo más de 500 caballos de potencia nominales a pesar de su pequeño tamaño. Así y todo, como venimos diciendo, el esfuerzo de Honda resultó insuficiente ante los implacables coches de Toyota durante los años que estuvo en activo.

El modelo de esta entrega pertenece al catálogo de Ebbro y, como suele ser tradicional en el fabricante nipón, destaca tanto por su impecable factura como por su excelente y detallada tampografía, esta vez representando la librea EPSON de 2006.

Obviamente no falta la pequeña chimenea tan característica del vehículo, que alojaba la brida de aspiración obligatoria en el campeonato y aportaba al NSX Super GT500 su agresivo y genuino sabor añejo, una joyita en el más amplio sentido de la palabra.

Os leo.

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