jueves, 23 de diciembre de 2021

La miel en los labios


Como recordaba Edgardo en la entrevista que me dedicó Cars a la Carta la semana pasada, a poco que la temporada 1981 hubiese durado una prueba más, a la última cita habrían llegado cinco candidatos con posibilidades de coronarse Campeón del Mundo: Nelson Piquet, Carlos Alberto Reutemann, Alan Jones, Jacques Laffite y Alain Prost, todos ellos dentro del abanico de puntos que se conseguía en cada carrera...

El Lole perdió sus oportunidades en Las Vegas, allí mismo. Frank Williams abrió la mano con Jones aún sabiendo que la victoria del australiano no aseguraba nada, y la cerró sobre el argentino, que venía líder de la tabla desde Italia. Escribieron que al jefe británico le interesaba más el Mundial de Marcas. El caso es que, con aquel azar, Reutemann entró de lleno en la leyenda a cambio de ceder el título a Nelson Piquet, quien cruzaba la meta en quinta posición en el aparcamiento del casino Caesars Palace...

Una prueba más y quizás la herida abierta en los seguidores del austral sería todavía más profunda y dolorosa, ¿quién puede asegurar lo contrario...?

El campeonato 1981 contaba con un calendario de 15 fechas, hoy una minucia que incluso puede llevarnos a esbozar una sonrisa. Sólo puntuaban los seis primeros clasificados: 9 el triunfador, 1 el sexto. La FISA (Fédération Internationale du Sport Automobile, comité autónomo de la FIA) no intervino demasiado, bastante tuvo con lidiar con la FOCA (Formula One Constructors Association) liderada por Bernie Ecclestone. De hecho, una vez comprobado que la normativa encaminada a complicar el efecto suelo no servía de gran cosa, Balestre se dedicó a contemplar cómo los rebeldes se destrozaban entre sí.

Nominalmente, las faldillas de los pontones debían mantener una distancia de 6 cm. con respecto al suelo. En el 77 se había estrenado Star Wars y usar un rayo láser para la medición sonaba a ciencia fetén, pero Gordon Murray ideó para su Brabham BT49 un subterfugio que consistía en que, a partir de ciertas revoluciones del motor, el chasis del monoplaza bajaba hasta que las faldillas rozaban el asfalto a costa de reducir el recorrido de los muelles. La idea fue copiada por toda la parrilla; nacía así la etapa de los amortiguadores de madera (de taco), en la que algunos pilotos perdían el sentido al volante porque era su cuello el que absorbía las irregularidades del piso...

Ni células de seguridad ni pollas en vinagre. Aquello parecía la primera intentona por tomar la ciudad de Troya. Jean-Marie Balestre y la FISA, expectantes por ver si alguien entendía que las regulaciones de la Institución eran mejor salvaguarda que las promesas de Bernie. Los equipos a lo suyo, voraces. Los pilotos... jugando con fuego porque cuando se lleva en la sangre eso de correr a toda pastilla no se pueden poner puertas la campo.

Una carrera más... Con lo de Max y Lewis esta temporada, hay quien está valorando qué habría ocurrido si en vez de 22 carreras esta sesión hubiese contado con 23... Mejor no saberlo. Mejor quedarnos con la miel en los labios y las dudas, que enfrentarnos a un remake de 1982. Mejor aceptar que bien está lo que bien acaba...

Os leo.

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