Me alegro de haber apoyado a Vettel en su decisión de continuar pilotando [Una vida nueva (22-12-2020)], por hacerlo cuando andaba la peña buscándole retos y enemigos en pista, por estar abierto entonces a que me sorprendiera, y, finalmente, por poder disfrutar viendo con mis propios ojos para qué sirve un cuatro veces Campeón del Mundo.
No hace mucho leíamos cosas de este pelaje: «El mayor problema al que se ha tenido que enfrentar el GP de Arabia Saudí tiene que ver con los Derechos Humanos y la lucha por la igualdad. Precisamente, el británico Lewis Hamilton es el abanderado de este movimiento y es que el siete veces campeón del mundo es todo un activista, en especial en materia de racismo».
Sebastian es el Príncipe de las Pequeñas Cosas de este cuento, y en Arabia Saudí ha vuelto a hacerlo promoviendo un evento de kart para chicas (#Race4Women, #Race Four Women, #Competición Para Mujeres), que quizás no alcance el eco mediático de cualquiera de los logros activistas de Hamilton, pero aclara mejor en qué consiste ser embajador de nuestro deporte y hacer uso de la imagen de heptacampéon para poner granitos de arena (reales) por cambiar el mundo.
Os leo.
1 comentario:
Un campeón; que se escriba en minúsculas o mayúsculas jamás cambiará la condición de quien se ha vencido a sí mismo. Gane o pierda siempre estará en mi equipo, el dw quien hace las cosas porque las siente y tiene sus pies de barro en la tierra. Sei un grande Seb!
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