martes, 28 de diciembre de 2021

Las guerras que ni vienen ni van

Visto cómo sigue el personal con Checo Pérez a cuenta de su defensa de posición ante Lewis Hamilton en Abu Dhabi, me ha dado por recordar cómo se justificaba a Vitaly Petrov en el mismo lugar hace ahora 11 años. El ruso, entonces, jodió (literalmente) las aspiraciones de Fernando Alonso frente a Sebastian Vettel haciendo lo que le tocaba hacer, o eso se dijo...

El Cielo nos vino a ver y, en 2012, Michael Schumacher hizo un gesto con el tricampeón de Red Bull en la prueba definitoria del campeonato: dejó de hacer lo que le tocaba hacer y cedió amablemente la posición en Interlagos porque aquella guerra ni le iba ni le venía, quizás también porque el de Kerpen siempre ha sentido algo especial por el de Heppenheim, para qué vamos a negarlo. Lo resalté, obviamente, porque lo deportivo no quita lo valiente. Pero este año, en Yas Marina, el que jugaba limpio con los dos litigantes por el título era el bicampeón del Mundo 2005/2006, el agraviado en 2010 y 2012.

Se ha destacado poco o más bien nada, pero Alonso se portó impecable tanto con Verstappen como con Hamilton cuando lo sobrepasaron. La pelea ni le iba ni le venía al asturiano y su deportividad quedó patente en pista: limpio, inteligente, no gastó un átomo de energía en interferir en el Mundial.

Imaginemos por un momento que al de Oviedo se le pasase por la cabeza hacer lo que tenía que hacer, como dicen que le ocurrió a Petrov. Vayamos un poco más lejos y pensemos qué habría sucedido si Fernando llega a ponerse en modo Hungría 2021 con el heptacampeón a cola de su vehículo...

...

Nunca he reclamado al de Víborg otra cosa que ese puntito de grandeza deportiva que hace gigantes a algunos conductores F1 —por mí puede seguir delante del español hasta que todos entreguemos la cuchara—. El Kaiser hizo gala en Brasil 2012 de un saber estar que está al alcance de pocos, Fernando también, hace nada, pero, desgraciadamente para los empeñados en seguir viendo fantasmas, el cometido de Sergio Pérez en Yas Marina no pasaba por vender barata su piel. La batalla en Abu Dhabi era suya y el mexicano la jugó haciendo lo que tenía que hacer.

El bueno de Vitaly hizo el gilipollas y perdió una bonita oportunidad de agenciarse un marco dorado para enmarcar su carrera. Schumacher y Alonso, infinitamente más listos, hicieron o han hecho lo más sensato: apartarse porque la guerra no iba con ellos. Hoy lo de Checo es relevante, gravísimo a decir de algunos, pero hace una década lo relevante era otra cosa más inocua pero tan letal como la del de Guadalajara... No sé, ¡a ver en qué cojones quedamos!

Os leo.

2 comentarios:

Tadeo dijo...

Desde cuándo pelear para que gane tu equipo es algo malo, grave o fuera de lugar?

Checo peleaba para que su compañero de equipo ganase el mundial porque para eso le pagan.

La prueba es que a Petrov se lo agradecieron con el despido y a Checo con el elogio general y una posible renovación a poco que luzca este año que viene.

Hay que aprender a perder

Saludos

Erathor dijo...

Ummm... Seguimos con episodios y más episodios de ese gran éxito: 'La F1 según Wolfito'.

Muy en la línea con 'Las mejores declaraciones de Bernie' ofrece un método efectivo para la correcta creación y elaboración de realidades paralelas dentro del plano multidimensional y que sólo puede ser entendida dentro del campo de la física cuántica, concretamente, la superposición de estados.

El gato de Schrodinger confirma que ignorará estás declaraciones hasta que Wolfito, el gran Wolfito se pronuncie como autoridad competente sobre si está vivo o muerto.

Porque Wolfito está por encima de los estados de probabilidad del enjambre de electrones, por encima de la física, por encima de la realidad.

Seguid así al gran Wolfito. Que visionario. El hombre que unificará la teoría de la relatividad general con la física cuántica.

Fdo.

Le Luthiers