Se nos empieza a ir septiembre de las manos y he escogido Dinard para echar unas líneas. Conocí la comuna francesa gracias a una película en la que intervenía Michael Caine, Saint-Malo ponía el nombre, la ciudad balneario ponía el resto...
Una vez leí a un gran hombre advertir en las primeras letras de un texto suyo que aquello era un relato, como si el resto de su trabajo no lo fuera, como si nuestro cerebro no nos compusiera un relato exclusivo cada mañana. En fin, esto es un relato, breve, por si no se había notado.
Os leo.
2 comentarios:
Relatos, sigamos construyendo relatos.
Cada día uno nuevo, cada día una nueva vida, un nuevo resurgir.
Nos adaptamos, leemos cada nuevo azar pero nunca, eso sí, nunca perdamos en el horizonte la meta última del hombre consecuente:
se fiel a tus valores y creencias en cada momento, en cada adversidad, en cada alegría.
Se fiel a tu relato. Se consecuente. Grandes palabras de un amigo en la distancia.
;p.
¡Vaya sorpresa!
Durante mi adolescencia (la primera de ellas), pasé un par de veranos en Rennes. Allí, la playa nos quedaba en Saint Maló y conozco bien la zona. De hecho, he recorrido varias veces la costa bretona y normanda, tanto de joven como de joven 2.0. Como alma marina que soy (aunque nací en el Mediterráneo que es casi un lago... XD) siempre buscaba mi dosis de salitre por lo que, cada dos días, necesitaba "subir" y conmigo arrastraba a la troupe. Mi relato allí es hermoso y de verso libre. Además, conocí al Atlántico por primera vez...
Ea, que tu relato me ha alegrado y entristecido el recuerdo a partes iguales.
:)
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