Il ritorno

Una vez más regresamos al Autodromo Nazionale di Monza, aunque en esta ocasión lo hacemos para celebrar menú doble: por un lado tenemos la miniprueba al sprint de este sábado y, por otro, el Gran Premio de Italia que disfrutaremos el domingo, una modalidad de empaquetado para el fin de semana que ya estrenamos en Silverstone y que, como entonces, sigue sin decirme absolutamente nada.

Ahora bien, independientemente de que las carreras son las carreras y estamos tan zumbados que disfrutaríamos lo que no está escrito si nos pusieran una cada tarde, me gustaría aclarar que ante este fenómeno muchos andan igual de perdidos que los que confunden la decoración con el diseño de monoplaza. 

Y sí, también han regresado los que llaman pollavieja a aquellos que nos mostramos reacios a considerar el experimento una grandiosa idea. Si el uso del término en sí delata un alarmante grado de inmadurez y una escasa comprensión lectora, el caso es que para disputar la bendita minicarrera sigue haciendo falta una clasificación con Q1, Q2 y Q3, aunque ahora se desarrolla el viernes y ya no llamamos poleman al piloto que demuestra ser el más veloz a una vuelta, pues reservamos esa denominación para el vencedor de la cita del día siguiente...

Lo paso a limpio para que nadie se pierda: Liberty Media perfectamente podría incluir una carrera puntuable más corta los sábados de determinados fines de semana con el fin de mejorar el espectáculo y la experiencia del aficionado, eso sí, sin necesidad de orinar sobre una de las tradiciones más arraigadas del automovilismo deportivo. El poleman seguiría siendo el tipo más rápido a giro lanzado, Ayrton Senna continuaría siendo un monstruo sagrado en eso, y en vez de dos eventos disfrutaríamos de tres. Y es que, ¡asombraros!, la miniprueba al sprint no es el problema, sí lo es el sentido aberrante que le ha dado la patrona de la Fórmula 1 con tal de que traguemos.

Ea, pasad buena jornada. Os leo.