Entre Noé y Moisés va la cosa

No debería sonar raro que un piloto holandés haya sido el primer vencedor del Formula 1 Heineken Dutch Grand Prix 2021, ni mucho menos que la hazaña se haya certificado sobre un trazado que tiene tanto sabor añejo como Zandvoort, lo malo de todo ha sido, quizás, que resultaba muy predecible que Max se llevase la carrera...

Quien más, quien menos, imaginaba el resultado con bastante antelación, y no hablo de este sábado pasado. Quedaba, eso sí, saber si Verstappen sería capaz de firmar la gesta, pero aquí se nos ha cruzado Hamilton con un curioso versionado de la Biblia [Voy a llamar Noé a Max por cómo se quitan los doblados]. 

A Lewis también se le apartan los rivales en otros lares, o Toto manda que se aparten, en todo caso, el que dividió en dos las aguas del Mar Rojo fue Moisés, lo que llevó a Raymond Blancafort a incurrir en un pequeño desliz en su artículo de ayer [Llamadle «Max Moisés»] que no empaña ni tanto así su análisis, certero, como siempre, aunque como resultado de tanta cita bíblica, el británico y uno de nuestros últimos maestros de la pluma deportiva me pusieron los dientes largos y, lo confieso, me había dispuesto a ver de nuevo el Gran Premio de Países Bajos sólo por comprobar qué había de cierto en tan delicada insinuación, pero al final he desistido por preservar la magia del momento vivido el domingo.

Hay espejos que no deben empañarse, superficies de agua que no merecen alterarse, e instantes en el tiempo que han de ser tomados como vinieron. Max venció en casa, ante su público, y con eso me quedo.

Os leo.