¡Vaya!

No ando muy ocioso que digamos, pero, entre episodios en los que apenas me quedan ganas de hacer nada y espacios donde la nada lo es todo, encuentro tiempo para ir arreglando cosillas, como completar la copia de seguridad de la copia de seguridad del material sobre Fórmula 1 y automovilismo deportivo, unos 5 terabytes, grosso modo, además del montante en bytes corresponiente a otros afanes: mi vida profesional o los hobbies que tiene uno, por ejemplo, que entre CD de música y DVD físicos, el día menos pensado me acaban sacando de casa a escobazos.

En fin, son jornadas rarunas en las que también me ha dado por tirar de hemeroteca o revisar qué manifestaban nuestros gurús, en tiempos pretéritos, sobre lo que iba a dar de sí Carlos Sáinz después de haber escapado de la sombra de Helmut Marko. El madrileño, decían, se equivocaba en 2017 pasando de Faenza a Enstone para suplir a Jolyon Palmer a partir del Gran Premio de Estados Unidos, y volvió a equivocarse en 2018 firmando por McLaren para la campaña siguiente, sustituyendo a Fernando Alonso.

En concreto, el mes de agosto de ese año fue generosísimo en bocachancleo de nuestros expertos varones y hembras. Zak Brown era un cáncer para la de Woking, la papaya navegaba séptima en la tabla de constructores después de Hungría (finalmente concluyó sexta aquella sesión) y la firma con McLaren suponía un clamoroso paso atrás para un tipo sobrevalorado que poco menos sólo tenía apellido. El asturiano le había calentado el asiento, si no, ¿de qué?, y Lando Norris lo iba a correr a gorrazos y con una mano, ¿recordáis...?

La británica terminó cuarta en 2019 y tercera en 2020, y nuestro jabato quedó ambas sesiones por delante del bueno de Norris...

Y llegó Ferrari y la rutina se repitió: no era buen sitio, eso de que no se podía rechazar una invitación de Maranello era una leyenda urbana, que mira a Senna, que mira a Hamilton, y cómo salió de allí Prost, o el mismo Alonso, o Vettel, que ya había decidido irse a Aston Martin, etcétera, etcétera, etcétera.

2021. Contra todo pronóstico, un decir, la rossa recuperaba la tercera posición en el Mundial de Marcas y Carlos conseguía imponerse a Charles. Suerte, sin duda, que mira este comienzo de 2022...

Obviamente es pronto para afirmar nada, pero mi confianza en Sáinz permanece intacta. 

Queda una eternidad por delante. Lo cauto sería esperar acontecimientos, hacer bueno eso de que se entiende de Fórmula 1 no sólo de boquilla, en redes y artículos, y siempre después de haber leído lo que dice Autosport o haber compartido gin tonic con el lelo de turno. Sumando 2018, hace cuatro años que los listos de la clase no dan ni una con el piloto español. Carlos Sáinz ha podido equivocarse —yo diría que no, y a las pruebas me remito—, pero no es ninguna casualidad que los de siempre hayan otorgado la posibilidad de pasar un mal año a Charles en 2021, y a Carlos ya lo estén sepultando transcurridas únicamente tres carreras.

Os leo.