Sin prisa pero sin pausa

Llevamos varios días en que nuestra realidad se empeña en girar alrededor de McLaren, pero no la Gran McLaren que insinuaba en el horizonte Zak Brown en verano, sino la escudería que ha bajado el pistón en Fórmula 1 y está preparando la temporada 2019.

Casi doy gracias a Dios de que no se haya hecho público nada que relacione Woking con Le Mans. El asunto está en la hoja de ruta del californiano, pero al igual que ha pasado con la campaña completa en IndyCar —pospuesta, de momento—, la implicación en el WEC también resulta impracticable en la actualidad porque para este tipo de aventuras hace falta mucho tiempo.

Es curioso, pero esta calculada parsimonia que destilan las acciones de McLaren son las me producen mejores sensaciones. No hay atisbo de precipitación ni se aprecian urgencias, cosa que es de agradecer con los tiempos que corren. Se avanza pasito a pasito... pero claro, si tomas McLaren «la de la F1» como referencia, el cuadro se enturbia bastante, incluso aceptando que a la gente se le haya olvidado que Brown nos advirtió que dos años de espera, como poco, no nos quitaba nadie.

Fernando Alonso también ha trabajado atendiendo a esta misma escaleta. En agosto anunció que se iba de la Fórmula 1 pero él mismo dejó la puerta abierta para un posible retorno: «Quiero descansar, recuperar la motivación y sería un poco como seguir en la F1, adonde en 2020, a lo mejor también podría volver.» 2020 hacen precisamente dos años desde 2018...

Podría escribir varias entradas como ésta pero seguiríamos sin arreglar nada.

Posar la mirada en la McLaren que compite en el Mundial me parece un error supino porque sólo hace que se distorsionen las cosas [La oruga y la mariposa]. Es mi opinión, obviamente. La corriente más arraigada piensa que el error lo comete Woking distrayéndose (sic), pero el anuncio de que Bob Fernley liderará la puesta en marcha de una McLaren Indy me refuerza en que las cosas se están haciendo midiendo bien los pasos, sin prisas pero sin pausa.

Os leo.