Aprovechando que tenemos las 6 Horas de Shanghai prácticamente encima, que la gente está muy preocupada, pero mucho, mucho-mucho, mucho, por la superioridad mostrada por Toyota en el Supercampeonato WEC 2018/2019, y que estamos en pleno puente ne noviembre y no sé si alguien leerá estas líneas, vamos a recordar esta noche lo curiosa que resulta nuestra afición, cuando sigue echándose las manos a la cabeza vislumbrando actividad paranormal en el WEC mientras en nuestra Fórmula 1 abundan los fantasmas y el ruido de cadenas.
Comprendo que la tienes montada si mencionas aquí el nombre de cierto medicamento para aliviar las almorranas, o si insinúas que tanto «pero» con el campeonato de Resistencia tiene poco de objetivo y mucho de Fernando corre en él.
Pero es lo que hay, y por no perder la perspectiva y, quizás también, por ir preparando el terreno ante las abundantes tonterías que surgirán en las jornadas previas al 15 a 18 de este mes próximo, quiero recordar que en el pasado Gran Premio de México de Fórmula 1 Max Verstappen dobló hasta el quinto clasificado y a puntito estuvo de hacerlo con Lewis Hamilton.
Es el pan nuestro de cada día en nuestra disciplina y, desde luego, nadie se alarma por ello a pesar de que escalando la situación tengamos que si en 1 hora y 38 minutos un coche es capaz de dejar con vuelta perdida al grueso de la parrilla, en un tiempo cuatro veces superior (seis horas suponen cuatro parciales de hora y media cada uno), las distancias entre los mejores coches y los del montón serían importantillas, que decía aquél.
Y bien, en el WEC las carreras las disputan cuatro categorías juntas mientras que en la Fórmula 1 sólo compite una. En el WEC existe un mecanismo para equilibrar las prestaciones en cada categoría (EoT) pero en la Fórmula 1 no. En el WEC los reglamentos técnico y deportivo acostumbrar a dar sustos de verdad, incluso acarreando exclusiones, como le pasó a Toyota después de haber ganado la prueba de Silverstone, y en Fórmula 1... bueno, en nuestro deporte ya sabemos cómo va la cosa. En el WEC cada coche va conducido por tres pilotos diferentes...
Os ahorro los gastos. En realidad hay muy poquitas cosas que comparar y ya es casualidad que sea precisamente algo que es común a las dos disciplinas la que esté levantando ampollitas flanderianas entre el personal: las vueltas dobladas.
Si Toyota está en lo alto se debe a que es buena en lo suyo y a que Porsche y Audi declinaron seguir compitiendo en el área híbrida. No hay más. En sentido estricto habría que estar agradeciendo a todas horas que la japonesa siga porque en caso contrario el WEC estaría medio muerto. Pero lo que duele del asunto es que Fernando Alonso, por primera vez en muchos años, tiene por fin un coche competitivo y posibilidades reales de ganar. En este punto es donde surge el problema que luego se adorna con mil y una sandeces para que no parezca lo que es.
Os leo.
Pero es lo que hay, y por no perder la perspectiva y, quizás también, por ir preparando el terreno ante las abundantes tonterías que surgirán en las jornadas previas al 15 a 18 de este mes próximo, quiero recordar que en el pasado Gran Premio de México de Fórmula 1 Max Verstappen dobló hasta el quinto clasificado y a puntito estuvo de hacerlo con Lewis Hamilton.
Es el pan nuestro de cada día en nuestra disciplina y, desde luego, nadie se alarma por ello a pesar de que escalando la situación tengamos que si en 1 hora y 38 minutos un coche es capaz de dejar con vuelta perdida al grueso de la parrilla, en un tiempo cuatro veces superior (seis horas suponen cuatro parciales de hora y media cada uno), las distancias entre los mejores coches y los del montón serían importantillas, que decía aquél.
Y bien, en el WEC las carreras las disputan cuatro categorías juntas mientras que en la Fórmula 1 sólo compite una. En el WEC existe un mecanismo para equilibrar las prestaciones en cada categoría (EoT) pero en la Fórmula 1 no. En el WEC los reglamentos técnico y deportivo acostumbrar a dar sustos de verdad, incluso acarreando exclusiones, como le pasó a Toyota después de haber ganado la prueba de Silverstone, y en Fórmula 1... bueno, en nuestro deporte ya sabemos cómo va la cosa. En el WEC cada coche va conducido por tres pilotos diferentes...
Os ahorro los gastos. En realidad hay muy poquitas cosas que comparar y ya es casualidad que sea precisamente algo que es común a las dos disciplinas la que esté levantando ampollitas flanderianas entre el personal: las vueltas dobladas.
Si Toyota está en lo alto se debe a que es buena en lo suyo y a que Porsche y Audi declinaron seguir compitiendo en el área híbrida. No hay más. En sentido estricto habría que estar agradeciendo a todas horas que la japonesa siga porque en caso contrario el WEC estaría medio muerto. Pero lo que duele del asunto es que Fernando Alonso, por primera vez en muchos años, tiene por fin un coche competitivo y posibilidades reales de ganar. En este punto es donde surge el problema que luego se adorna con mil y una sandeces para que no parezca lo que es.
Os leo.
2 comentarios:
La molestia es fruto de que el WEC desentona en el guion como lo escribes en el último párrafo.
Supongo que es preferible para ¨la gente¨ el mirar arrastrándose en los circuitos a Alonso, esperando a que emigre a otros horizontes para ahora sí rasgarse las vestiduras ante la injusticia de no haber dado armas suficientes en su tiempo al asturiano y denunciar ellos, bañados de razón absoluta, un campeonato malparido.
Saludos
David
Es un tema que ya hemos comentado varias veces, de facto en F1 los 6 primeros son autenticos LMP1, solo ahi que ver que cuando por alguna circunstancia salen al final de la parrilla, en pocas vueltas se colocan en cabeza
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