lunes, 19 de noviembre de 2018

El carrito de los helados


Parece ser que a don Carlos Ghosn le han pillado haciendo cosas no demasiado honorables y, con la misma, se ha visto obligado a abandonar la presidencia de Renault y Nissan, lo que sin duda puede afectar a la aventura de la escudería de Enstone ya que él ha sido el principal promotor de la presencia de la del rombo en Fórmula 1, y por qué no decirlo, también su eterna Espada de Damocles.

Cualquiera que haya seguido Nürbu desde hace años sabe perfectamente que no siento lo que se dice simpatía por el de Porto Velho, más bien, y queriendo ser honesto con vosotros, diría que ya me parecía de poco fiar desde 2005, por multitud de razones que he explicado innumerables veces.

Desde luego no es cuestión de aburriros de nuevo con batallitas, así que mencionaré que en síntesis me parece el típico personaje brillante que está en Fórmula 1 como escudería porque a su empresa no le queda otra, que ni se molesta en fingir que le gusta nuestro deporte y, en definitiva, que si por él fuera ponía a Renault exclusivamente a suministrar unidades de potencia y se quitaba un montón de marrones de encima, porque aterricemos: el team oficial actual supone un marrón para sus intereses, como lo supuso el equipo que consiguió los dos mundiales consecutivos en 2005 y 2006, o aquella aventura a medio gas que terminó siendo adquirida completamente por Gerard Lopez a finales de 2011.

Hechas las presentaciones os confieso que mi bolita de cristal sigue teniendo las pilas gastadas y me resulta muy complicado discernir qué hará la nueva cúpula de la multinacional gala con su equipo en F1.

Queda relativamente cerca la metamorfósis de la escudería E.DAMS-Renault en E.DAMS-Nissan en el campeonato de Formula E, y comentábamos en su día que el movimiento se correspondía con la filosofía del protagonista de esta entrada: minimizar riesgos y reducir al máximo las inversiones, pero sacando tajada para la imagen de marca en un escaparate inigualable como el que propone la alta competición.

Renault (Enstone) no es comparable porque en realidad supone una china en el zapato de don Carlos ya que cuesta mucha pasta mantenerla. Ghosn ya tensó la cuerda con Bernie para adquirir el naufragio de Lopez, a precio de saldo no, lo siguiente, y si sucedió así fue porque la relación con Red Bull ya estaba rota y había que salvar la imagen de la francesa mientras se alentaba un proyecto laboratorio que, tres años después, desgraciadamente sigue experimentando...

No me extiendo. Nunca he creído en el renacer de Renault o su posible victoria en un Mundial de Fórmula 1, y siempre me he excusado advirtiendo que a Carlos Ghosn lo que le interesaba de verdad era suministrar propulsores y ganar dinero, no perderlo. Ése era su afán y, bueno, ahora que no está me remito a lo que comentábamos cuando falleció Sergio Marchionne: las personalidades pueden desaparecer, pero si sus planes han funcionado y tienen visos de seguir haciéndolo, ningún nuevo gestor o consejo de administración cambiará sus líneas maestras en el corto plazo.

Y en estas estamos. Sigo sin creer en las posibilidades de Renault como escudería, pero sin don Carlos en el horizonte, a lo mejor la de Enstone tiene suerte y encuentra en su cúpula algo más de cariño por el deporte que el que ha demostrado en sus años de regencia el que han pillado con el carrito de los helados. En todo caso, paciencia...

Osleo.

1 comentario:

Elín Fernández dijo...

Buen día José.
Esperar a ver que hacen los nuevos dirigentes: desbaratar el proyecto o tal vez metan más dinero para ganar. Como están las cosas me temo lo segundo :p