Está la cosa irreconocible. Nos falta una prueba para terminar el Mundial 2018 y padecemos de resacón cuando la temporada no ha concluido, como digo, y aunque, siempre bajo mi humilde punto de vista, tampoco es que haya sido la bomba.
Por faltarnos nos faltan incluso los avezados ojeadores de la parte técnica, quienes en situaciones similares a ésta ya estaban ofreciéndonos pinceladas del próximo reglamento, lo que nos permitía estirar las piernas, bostezar un poco e ir haciendo hueco en el armario para ir llenándolo con las novedades venideras...
Quizás lo malo no sea eso, sino lo previsible que está resultando todo. Nuestro pequeño universo ha perdido ilusión y ha ganado quintales de listillos por centímetro cuadrado, lo que en comunión supone una soberana putada porque hasta que estos últimos no se ahoguen en sus propias impertinencias y certezas, lo que queda por delante huele a moho que tira para atrás, algo que en cierta forma supone un profundo contrasentido ya que, ellos, tan apasionados, deberían estar tirando del carro ahora, cuando hace falta, y no esperando a que tiren de él otros para comenzar a poner palos en las ruedas, su deporte favorito.
Mi abuela me enseñó que no se deben pedir peras a un olmo porque sólo ganarás disgustos, también me dijo que jamás me acostase con críos.
En compensación a tan sabios consejos, os he hablado recurrentemente del fandom y su manía de tumbarlo todo para no mover un dedo a la hora de levantarlo. Resultaba fácil admitir que el Mundial 2018 no estaba siendo tan ilusionante como nos estaban vendiendo pero había que llevar la contraria porque esto ha sido siempre así. Y en estos momentos en que se echan en falta las nobles contribuciones de los que lo tienen claro, unos se toman vacaciones porque las necesitan (sic), otros invertirán su tiempo hasta febrero para ver de qué hablan (sic), y los de más allá seguirán juzgando con dedo inquisidor lo que hacen los que todavía sienten ganas y mantienen la ilusión.
El año que viene, sí, el año que viene iniciaremos nuevos proyectos, incluso retomaremos esas viejas ideas que se quedaron en el tintero. El año que viene...
Os leo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario