No es lo que parece

Por increíble que pueda resultar, la victoria de Fernando Alonso en Singapur 2008, precedida (muy precedida) por Nelsinho Piquet estrellando su R28 contra las protecciones, originó un rosario de chistes sobre el brasileño y el Coche de Seguridad, y también algunas de elucubraciones que se verían ratificadas al año siguiente. Parecía de coña aunque la coña iba por dentro, pues la FIA tuvo constancia de lo que había sucedido prácticamente desde el mismo término de la carrera, aunque no hizo nada hasta meses después, cuando Max Mosley decidió pasear en pelota picada sobre un caballo a Flavio Briatore, por aquello de hacerle escarnio público y tal.

No tenía pensado abordar este asunto, para qué os voy a engañar. Estoy tan curtido en todo esto que dando por seguro que anteayer no hubo tomate en el encontronazo entre Gasly y Hartley, tampoco me extrañaría nada que el incidente se hubiera pactado con antelación. 

A ver, llevo años con la misma matraca y tampoco pasa nada porque os recuerde que con carreras tan previsibles como las que disfrutamos desde hace bastantes años, sólo la presencia de agua o el Coche de Seguridad tienen capacidad para romper el guión. En este sentido, puesto que no imagino a nadie en el paddock bailando la danza de la lluvia para que lo cielos rompan a llorar, usar el coche de Maylander para beneficio propio no resulta tan descabellado como parece, ni mucho menos debería poner los pelos de punta a nadie.

A fin y a cuentas, esto es tan viejo como el propio deporte y siempre ha habido lugar para llevar el coche directamente a garajes por haber sufrido un percance inoportuno, evitando así pasar los controles federativos, claro, o para mil y una otras artimañas. Además, incluso la gente seria de lo nuestro jugó con la posibilidad de que los Haas y sus problemillas con las pistolas neumáticas pudieran haber puesto su granito de arena en la victoria de Ferrari en Australia, como para no tontear con lo del domingo pasado...

En fin, como decía más arriba, no pretendía dar al percance mayor importancia de la que tiene, pero puesto que Sebastian Vettel ha cuestionado la aparición del Safety Car en Shanghai y ha preguntado por qué no se usó el Virtual Safety Car [Vettel dice que el momento de sacar el Safety Car no fue «el correcto»], y Charlie Whiting ha tenido a bien contestarle entre otras cosas: «It’s a bit of a mystery to me why this has all come into sharp focus. [...] We’ve had the VSC since 2015, we’ve had the Safety Car for 20 years. We know at every intervention there will be winners and losers. And if we have to sit there and work out who’s going to be advantaged and how we’re going to work it so that everybody has then we haven’t got time to do that and it’s not our job to do that.» [Whiting explains decision to use Safety Car following Vettel criticism], me he dicho mientras tomaba el café: aquí está el meollo de la cuestión.

Y sí, aquí está el quid. Dirección de Carrera no tiene tiempo ni medios para calibrar quién obtendrá ventaja o quién verá arruinada su carrera con la salida del Coche de Seguridad. No es su trabajo, lo que no implica que los equipos no lo intenten, porque mejorar sus alternativas en una prueba sí es el suyo.

Repito, por si no ha quedado claro: creo honestamente que anteayer asistimos a un desafortunado lance de carrera entre compañeros de equipo, sólo quería apuntar esta mañana que la Fórmula 1 es así, como veladamente insinúa Vettel, sea dicho de paso, y que tampoco conviene poner la mano en el fuego con demasiada alegría porque aquí dentro, nada es nunca como parece.

Os leo.