El líder se apellida Leclerc

Suelo recurrir a los números sólo en legítima defensa y, bueno, puesto que Red Bull ya ha llegado y Ferrari parece que tiene poco que hacer y Leclerc está perdiendo el liderato en la general casi de manera irremisible ante el empuje del vigente Campeón del Mundo, me he ido a 2021 para ver qué tal iban las cosas al término de la quinta cita del calendario: Mónaco.

Max Verstappen salía primero absoluto de El Principado con 105 puntos, uno más de los que lleva a cuestas Charles en estos momentos (104), aunque entonces, Lewis Hamilton mordía literalmente los talones del holandés con 101, mientras que el monegasco de la rossa disfruta a la salida de Miami de un colchón de 19 puntitos de nada sobre la naranja mecánica...  

No pretendo enredarme mucho ni con cifras ni con vainas —la Sprint Race de Emilia-Romagna distorsiona un poco las cuentas—, disculpadme en todo caso, pero sí me merece la pena enfatizar que a los dados a vender drama se les suele ir la pinza con sus fantasías, y, en este caso en concreto, les está pudiendo la dramatización narrativa de su discurso.

Hay poco que objetar aquí, la verdad, a pesar de que, a mi modo de ver, lo malo del asunto estriba en que la palpable falta de rigor informativo lleva a cierta parte de la afición a decir chorradas como campanarios de grandes.  

¡Con segundos puestos no se va a ninguna parte!, bueno, claro, pero Max sumó siete en 2021, nueve si contamos los conseguidos en las Sprint Qualifying de Monza e Interlagos, y mira tú, terminó llevándose el título. ¡Leclerc arriesgó demasiado en las últimas vueltas del Gran Premio maiamitarra!, pues quizá sí, pero estamos en las mismas que comentamos siempre: primero de todo es Charles, que no suele dar nada por perdido, y segundo, resulta bastante legítimo achuchar al rival por ver si se provoca un error o una avería, máxime cuando el coche te está respetando y las espaldas te las cubre el compañero.

Ya concluyo, no temáis. Para mí Leclerc hizo en Miami lo que tocaba hacer. Verstappen se mostró ligeramente mejor y nuestro protagonista minimizó daños y rentabilizó sus opciones y las de su equipo, seguramente por no hacer ascos a terminar segundo. Sigue siendo líder en el Campeonato de Pilotos, goza de cierta ventaja sobre su principal rival, y yo diría que todo esto es bueno a pesar de los monologuistas que parece que sólo ven Fórmula 1 desde que Hamilton arrasaba conduciendo con una mano y batía récords y acumulaba Grand Chelem como si no hubiera mañana.

Me gustan las batallas cerradas, que en lo posible siempre queden espadas en lo alto, que la incertidumbre gobierne el escenario... Soy raro, lo sé.

Os leo.