viernes, 6 de mayo de 2022

Los afinadores

A la tan recurrida anécdota de los pelillos del culo que permitían a Niki Lauda sentir su Ferrari, podemos añadir que un buen afinador de pianos no tiene por qué ser un gran pianista, aunque todo gran pianista procurará contar con el mejor afinador posible.

Bien, amparada en el sofisma de que los ingenieros no necesitan a los conductores y estos son intercambiables —ésta es de Bernie—, o están poco menos que para hacer lo que les mandan, una de las falacias más destructivas que afectan a nuestro deporte cala en el personal y hace olvidar que los jefes de diseño también manifiestan sus necesidades ante la elección de pilotos, ya que formarán parte del engranaje y deberán resultar útiles al programa más allá de lo que hagan posteriormente en pista.

El asunto no es tan sencillo como nos lo venden los ascetas en redes sociales. 

Adrian Newey nos cuenta en su libro [How To Build A Car], y alude a ello en varias ocasiones, cuál ha venido siendo su grado de implicación en la selección de conductores, y aunque ahora su peso sea descomunal en Red Bull, en comparación con otras estructuras, no es el Team Manager de Milton Keynes, recalco. Así las cosas, conviene que desterremos esa peligrosa idea de que los ingenieros van por un lado y hacen todo prácticamente bien, mientras que los pilotos van por otro y cumplen como buenamente pueden, porque unos y otros forman parte del mismo organismo laboral, si es que se puede hablar así, y no viven y trabajan en cuevas separadas, como ermitaños.

Obviamente un piloto no diseña un monoplaza y sus soluciones, para eso están los ingenieros y los especialistas en cada área, pero sí puede contribuir a corregir impurezas de concepto, mejorando así el desarrollo global del proyecto y ahorrando dinero y esfuerzos, sobre todo si es constructivo, sabe explicarse y utiliza su experiencia adecuadamente.

Bajo esta perspectiva yo diría que el W13 de Mercedes AMG echa en falta las manitas de Valtteri Bottas, y no lo digo por decir, pues el resurgir de Alfa Romeo ha coincidido en tiempo y hora con el fiasco anglo-alemán y en Hinwil milita el de Nastola...

Como ocurre en la viña del Señor, también en la Fórmula 1 hay malos afinadores, afinadores mediocres y auténticos artistas del afinado. Estos últimos no tienen por qué ser las estrellas ni los más rápidos, pero a mí me parece que su papel es bastante imprescindible.

Os leo.

1 comentario:

pocascanas dijo...

Bueno, qué sería del Ingenioso Hidalgo sin Sancho...

Saludos desde el Coño Sur