domingo, 29 de mayo de 2022

Dulce Checo

Corría 2013, Sergio se había integrado en McLaren sustituyendo a Lewis Hamilton y... 

La hemeroteca es mu mala persona, por eso me cuido de ella retocando todas las noches, durante largas horas quitadas al sueño, las 6.730 entradas que hay detrás de ésta, no sea que se acabe notando que, además de «escribir sobre la vida», escribo sobre Fórmula 1 y llego con años de antelación a cumbres desde donde hoy lucen palmito algunos que no resistirían ni la prueba del algodón ni la de su propia hemeroteca.

Me he hecho muchos enemigos con esto, no os creáis, y si lo cuento ahora es para que enmarquéis adecuadamente por qué ando por casa y el estudio dándome golpes en el pecho y enseñando los colmillos como un viejo gorila espalda plateada que reclama para sí su territorio. 

La de Sahkir en el año de la pandemia estuvo fetén, la de Bakú la temporada pasada me supuso quitarme de encima un montón de canas, pero la victoria de Pérez de hace unas horas adquiere una dimensión especial porque El Principado sólo bendice a unos pocos y el de Guadalajara acaba de ingresar en el elenco de mis seres veloces más queridos: Mika, Kimi, Juancho Montoya, Jenson, Fernando, Daniel...

Del «no sé qué tienes con Sergio Pérez» con el que me despachaba Azul en 2013 —siempre tienes algo con un diamante en bruto del que sientes que no está siendo tallado como merece—, hemos pasado en unos instantes (y un triunfo incontestable), a que, a estas horas y olvido de hemeroteca mediante, todo el mundo supiese de antaño que podía conseguirlo, que todo consistía en esperar el momento adecuado. ¡Ahí, con dos avellanitas y un palo!

Mis amigos mexicanos y todos aquellos que aguantáis mis turras a diario, sabéis de sobra por qué me siento tan contento. 

Checo se ha consagrado en uno de nuestros templos y eso no nos lo quita nadie, ni se lo quita a él, y descuidad, hablaré de cómo puedes hablar con Dios, pero si Maranello se pone tonta acabarás pagando a cobro revertido la llamada [Bibo no aozora], y de cómo dos Directores de Carrera y un VAR no son mejor solución que haberle dado a Michael Masi el tiempo que necesitaba, pues el problema sigue siendo la porquería de Reglamento que gobierna nuestra actividad y la gabelas que tiene pendientes Liberty, porque, ni de lejos somos la cúspide del motorsport ya que el agua sigue significando una asignatura pendiente así pasen años de avance en tecnología aplicada a neumáticos de competición y aerodinámica.

Os leo.

1 comentario:

m21 dijo...

La vettelada ahora sabe a qué se parece un "super vueltón de clasificación".

Checo finalmente pilló al toro por los cuernos. Y no es cosa sencilla...