miércoles, 1 de julio de 2020

¿Qué tendrá que ver?


Gracias a Dios, Niki fue de esos hombres que no necesitaron liderar grandes movimientos sociales para quedar grabados en el corazón de los aficionados. Le bastaba ser él mismo, construirse alrededor de sí mismo y levantarse cada mañana con fe ciega en que iba a ser el más rápido en pista, su territorio de caza...

El padre de la frase «Happinness is an enemy. It weakens you. Suddenly, you have something to lose», se ha convertido también en el padre putativo del hexacampeón de Lego, por mor, supongo, de que alguien se pasó con la sacarina el pasado 20 de mayo, pues en fechas señaladas, como son los aniversarios, siempre surge quien ve conjunciones de astros al estilo la ex ministra Leire Pajín con Zapatero y Obama.

¿Qué tendrá que ver?, que decía mi abuela. Flaco favor hacemos a Hamilton poniéndole a la sombra de un gigante del calibre de Lauda, vaya por delante, y peor nos lo hacemos nosotros creyendo que hay algo que comparar porque, quizá, el roce hace el cariño y permite el trasvase de cualidades al volante y ante la vida entre un niñato que jamás ha superado a huevo una coyuntura desfavorable y un hombre al que le podemos medir por sus cicatrices, y no sólo las de Nürburgring 76.

«The only kind of charisma someone like Lewis Hamilton has is his girl Nicole Scherzinger» [Pussycat girlfriend is Hamilton's only charisma, says Lauda]. El dardo que dedicó Niki a Lewis en 2009 es viejo, pero nos sigue dando la medida que hay entre un perro viejo y un cachorro. El resto: palabrería y mucho edulcorante.

Os leo.

No hay comentarios: