domingo, 19 de julio de 2020

Breve alocución vespertina


No deja de tener su gracia que la Fórmula 1 más británica sea como la gastronomía isleña: una mierda en líneas generales, eso sí, distinguida por grandes críticos culinarios que adoran la comida francesa e italiana...

En la segunda casa de Mercedes-Benz [El Mónaco magiar], resultaba lógico que la de Brackley barriera en Hungaroring, lo que no estaba en el guión era ese miedito que ha entrado en el muro de las tres puntas a que el W10 rosa acabara jodiendo la fiesta. A partir de ahí ha sido en parte cogérsela con papel de fumar con Valtteri y lanzar a Lewis a que hablara del Black Power con las Walkirias, y, en la parte restante, a no calibrar que estos dominios prolongados acaban desterrando de por vida a quienes son el alimento del futuro.

De haberse dado la coyuntura de una afición de parvulario como la que tenemos ahora, Michael Schumacher andaría por las trece o catorce coronas, pero al Kaiser le pararon los pies el criterio de los aficionados y el buen tino del negocio, y la FIA, que decidió que seguir favoreciendo a Ferrari no llevaba a ninguna parte y convenía apostar por abrir las ventanas.

No es el caso. La Federación consiente en que Mercedes AMG domine desde 2014 y esto va para largo. Y entendedme: no es una cuestión de números, consiste simplemente en que a un coche como el W11 le pones al volante un talento natural como Hamilton, y te sale la cuadratura del círculo cada vez que lo intentes, porque, hoy por hoy, el de Tewin carece de rivales. El Gran Premio de Hungría ha sido un truño bananero, aunque disfrutar del obrerón en cabeza es siempre algo que no se paga lo suficiente.

Liberty Media ha perdido el norte y empieza a comportarse como Ecclestone, pero entre el original y la copia me quedo de calle con Bernie. No es que hubiera mejor espectáculo con él, pero al menos sabíamos que en las cocinas del infierno siempre se cocía algo, turbio, mayormente, y en esto, como en el resto de cosas, los patrones de la actual F1 ejercen de pardillos, incluso recurriendo a que Nico Rosberg apareciese en pantalla para jalear una carrera que estaba dicha y firmada desde que el semáforo se ha apagado.

Os leo.

3 comentarios:

Elín Fernández dijo...

Saludos, José.
¿Cuántas carreras quedan?
Esas ya tienen resultado.

Aprendiendo.. dijo...

Esperemos que desde 2022 las tornas cambien, y sean Renault y Ferrari los que "tengan comprados" los títulos. Si no, no me explicaría la vuelta de nuestro asturiano.

Josemi dijo...

Se estan cumpliendo los peores presagios. La primera carrera fue un espejismo.

Como sera la cosa q ya la FIA recurre al truco del Lobato para intentar animar la cosa, lo de "lluvia en 10 minutos"

Ahora mismo las apuestas andan por 1/8 (o 1:1,125). Ya no pueden bajar mucho de ahi, esta es la probabilidad q se estima de que suceda algo muy raro extradeportivo, como q le caiga una maceta.

En MotoGP siempre puede pasar lo que ha pasado hoy, que un caida jorobe la integridad fisica del favorito absoluto, pero en f1 es bastante dificil, todo es mas predecible, predecible hasta la nausea.

Hay que empezar a pensar en el 2022.... como pronto