lunes, 13 de julio de 2020

¡Que viva el show!


Cuando Bridgestone se estrenó en 2008 como suministrador único de compuestos para la Fórmula 1, se nos vendió el invento como una mejora sustancial que iba a beneficiar a todos, a los equipos porque ayudaría a controlar los costes de fabricante y escuderías y terminar con las figuras de los clientes prime, y al aficionado porque el codiciado espectáculo iba a aflorar ya que a igualdad de producto eran previsibles más adelantamientos y una mayor implicación del piloto en el formato de competición.

Despertamos pronto de aquel sueño. La crisis económica golpeó fuerte al sector automotriz y a Bridgestone empezaron a no salirle las cuentas mientras su imagen de marca se resquebrajaba porque en Fórmula 1 sus ruedas duraban una eternidad. Los equipos preferían no enredarse entendiendo neumáticos y cumplían con el cambio obligatorio porque había que cumplirlo. En 2009 la japonesa anunciaba que no continuaría como suministrador a partir de la conclusión de su contrato a finales de la temporada siguiente. En junio de 2010 Pirelli será elegida como sustituta y empezará a desempeñar ese papel en 2011...

Cuento toda esta milonga simplemente por contextualizar que no es de recibo que en 2020, con ruedas de 2019, nadie haya reparado en que la incorporación de un compuesto más, sólo uno, habría permitido que disfrutásemos de dos carreras diferentes en Spielger sin arriesgarnos a que la segunda resultase una procesión con toques de pimienta por parte de algunos costaleros con sus respectivos pasos.

A una parada como estrategia principal los equipos de media tabla para abajo están vendidos porque carecen de margen para reventar la banca y los de arriba van comodorros de la muerte [La estrategia a una parada son los padres]. Haber planteado una alternativa a la elección para el Gran Premio de Austria (C2, C3 y C4) habría conseguido que el de Styria hubiese resultado diferente y, seguramente, más entretenido, y contando con que ambas pruebas se disputaban en el mismo trazado.

No me parece tan complicado, la verdad, y es que cada vez resulta más y más evidente que no se cambian las cosas porque realmente no hay ganas de cambiarlas. ¡Que viva el show, y el vino!

Os leo.

1 comentario:

pocascanas dijo...

Interesantísimo.
Y quiero agregar que estamos a tiempo para la doble prueba en Silverstone.
A ver si toman nota...

Saludos desde el Coño Sur