martes, 21 de julio de 2020

Invocando al Santo Job


La prisa nos engulle. Es cierto que, en una temporada normal, ahora mismo estaríamos preparando el petate para irnos a la playa, la sierra o el campo, o simplemente disponiéndonos a disfrutar de las horas que nos deje libres el trabajo en verano, pero estamos en 2020 y se nos cruzó en el camino el coronavirus. Todo se ha retrasado, incluyendo el inicio de la sesión, y, lógicamente, la tercera prueba del calendario no parece momento ni lugar para andar sentenciando nada.

A finales de mayo escribí una serie de entradas que trataban de enfocar el nuevo panorama ya que las fábricas todavía estaban cerradas, la pretemporada quedaba lejos y, en líneas generales, esta campaña se prometía (ya entonces) rara de narices [#Returns'20]. Ahí está el repaso a todas las escuderías, incluso con errores garrafales, como el de no haber contado con que a Ferrari le iba a pasar mucha factura su creatividad en la unidad de potencia. 

Si tenéis un rato leedlas porque en ellas insisto en que ya no es 2020 sólo, sino 2020 y 2021 debido al desplazamiento que ha sufrido la implementación de la nueva normativa que, prevista para el año que viene, se ha dejado para 2022 por mor de paliar los destrozos económicos que ha originado el virus.

Obviamente a unas escuderías les ha podido venir mejor que a otras este nuevo escenario, y a otras peor, claro, pero, en líneas generales, sí se podría decir que convendría que nos lo tomáramos con mucha paciencia porque esto no ha hecho sino comenzar y, como vengo diciendo: va para dos temporadas, no una, y con prácticamente el mismo monoplaza.

Os leo.

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