miércoles, 15 de julio de 2020

¡Arriba arriba, ándale ándale!


The Obrerón F1 World Champion se ha tomado muy en serio su papel de líder espiritual y ha comenzado a hacer bullying a compañeros y equipos, pero sin darse cuenta, supongo, o mejor dicho: quiero imaginar.

El juego al que está jugando es bastante peligroso y no está de más apuntarlo porque como ya ha señalado en Twitter gente más curtida que yo, el británico está patrimonializando un fenómeno social para beneficio de su propia imagen pública y utilizando para ello la enorme proyección que proporciona la Fórmula 1. Alguien debería recordarle que la mano izquierda nunca debe saber qué hace la derecha, y que tiene mucho más valor una actitud particular, íntima y personal, que la de una manada que responde obligada por las circunstancias. Sé que no lo va a entender, pero sí, alguien debería recordárselo para que no se acabe haciendo daño o se lo origine a otros, o peor aún: al movimiento que dice liderar.

Pensaba que el chiquillo gozaba de más luces pero en el podio del Gran Premio de Styria se vio que no. Un niño mimado por el establishment no puede apropiarse del gesto que hizo mundialmente famosos a John Carlos y Tommie Smith en los Juegos Olímpicos de México 68, precisamente porque no es Smith ni Carlos, sino un gilipollas que juega desde su comodidad a ser héroe cuando no hay riesgo.

Copio de la entrada de Wikipedia sobre Tommie Smith para ponernos en situación: «... este gesto provocó que fueran expulsados de sus respectivos equipos y tuvieran que abandonar la villa olímpica. Junto a su compatriota al volver a EE. UU., fueron tratados como delincuentes y no encontraron trabajo durante muchos años. Su vida cambió: recibieron amenazas de muerte, cartas, llamadas, y sus amigos desaparecieron. Tenía 11 récords del mundo pero el único trabajo que encontró fue lavando coches en un aparcamiento...»

No hay nada que comparar con Hamilton, y eso es lo realmente triste, para Lewis, claro, porque la vanalidad convierte todo en gestualidad, postureo, haciendo olvidar lo realmente importante o provocando rechazo. Y es que ya se sabe: cuando un idiota toma un camino, se acaba el trayecto y el idiota continúa caminando...

Os leo.

5 comentarios:

Elín Fernández dijo...

Más plástico, y se derrite.

Lastra dijo...

Tanta culpa tiene luisito con su gravedad banalmente impostada, como toda la tropa de agradaores y aduladores que, en algún caso, lo hacen por pura venalidad.

La versión del dicho que conozco es: "cuando un tonto agarra una linde la linde se acaba pero el tonto sigue" ;) L

Saludos

luis mari dijo...

Un tópico en la vida de Hamilton: ... un gilipollas que juega desde su comodidad a ser héroe cuando no hay riesgo.
Lo has clavado!

Cao Wen Toh dijo...

Lewis Hamilton, "El Mierda".

Josemi dijo...

Hay que recordar q al primer jugador de NFL que se le ocurrio lo de arrodillarse cuando el himno se le cayo el pepino.

Tambien hay que recordar q en esa epoca Jamilton amagó con arrodillarse en el GP de USA, pero a pesar de que corría mucho menos peligro tuvo buen cuidado de no hacerlo.